"Preparándose"

Cuando Jesús se enteró de que Juan estaba preso, volvió a Galilea, pero se retiró de Nazaret y se estableció en Cafarnaún, ciudad marítima en la región de Zabulón y de Neftalí... Desde entonces Jesús comenzó a predicar, y decía: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.» Mientras Jesús caminaba junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés, que estaban echando la red al agua, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme, y yo haré de ustedes pescadores de hombres.» Ellos entonces, dejando al instante las redes, lo siguieron. Un poco más adelante, Jesús vio a otros dos hermanos, Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, quienes estaban en la barca, junto a su padre, y remendaban sus redes. Jesús los llamó, y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, lo siguieron. Jesús recorría toda Galilea. Enseñaba en las sinagogas de ellos, predicaba el evangelio del reino, y sanaba toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo (Mateo 4:12-13, 17-23).Cuando Jesús se enteró de que Juan estaba preso, volvió a Galilea, pero se retiró de Nazaret y se estableció en Cafarnaún, ciudad marítima en la región de Zabulón y de Neftalí... Desde entonces Jesús comenzó a predicar, y decía: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.» Mientras Jesús caminaba junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés, que estaban echando la red al agua, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme, y yo haré de ustedes pescadores de hombres.» Ellos entonces, dejando al instante las redes, lo siguieron. Un poco más adelante, Jesús vio a otros dos hermanos, Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, quienes estaban en la barca, junto a su padre, y remendaban sus redes. Jesús los llamó, y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, lo siguieron. Jesús recorría toda Galilea. Enseñaba en las sinagogas de ellos, predicaba el evangelio del reino, y sanaba toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo (Mateo 4:12-13, 17-23).

¡Pobre Jesús! Fue al principio de su propio ministerio cuando se enteró de que el rey Herodes le había cortado la cabeza a Juan el Bautista. Juan era más que el primo de Jesús; Él fue el precursor que Dios envió para preparar las cosas para la obra de Jesús. Era un profeta, el más grande de todos según Jesús. Y ahora él estaba muerto. ¡Con razón Jesús se retiró a Galilea, fuera del alcance de Herodes!

Pero Él hizo más que eso. Se mudó a una nueva sede, a Cafarnaún, al menos por un tiempo. Allí llamó discípulos. Y comenzó a predicar el mismo mensaje que Juan: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.»

¿Se afligió Jesús por Juan? Seguramente que sí. Pero también entendió esta señal para que su propia obra comenzara. La misma muerte que se llevó a Juan vendría por Jesús en unos pocos años. Jesús se estaba preparando.

Verás, Jesús estaba pensando en nosotros, en ti y en mí, y en todas las personas que Dios le había enviado a rescatar. Jesús tuvo tres años para predicar la Buena Nueva, enseñar a sus discípulos y poner los cimientos de la iglesia cristiana. Después… lo arrestarían en el jardín. Sería burlado y torturado. Sería crucificado, moriría y sería sepultado. Y resucitaría.

¿Y después de eso? Después de eso comenzaría la carrera. En el poder del Espíritu Santo, los seguidores de Jesús correrían para llevar las Buenas Nuevas por todo el mundo, a personas de todos los países y naciones, a ti y a mí. Estarían listos. Jesús se aseguró de ello en esos tres años. Tanto así Él nos ama.

Querido Señor, gracias por todo el cuidado que tomaste para preparar a tus discípulos y para asegurarte de que pudiéramos aprender de ti y creer. Amén.

Para reflexionar:

* ¿Qué sentimientos crees que pasaron por la mente y el corazón de Jesús cuando se enteró de la muerte de Juan?
* ¿Confiarías en 12 personas comunes para llevar un mensaje importante alrededor del mundo? ¿Por qué crees que Dios lo hizo?

Dra. Kari Vo

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