"Tengan alegría"
Regocíjense en el Señor siempre. Y otra vez les digo, ¡regocíjense! Que la gentileza de ustedes sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias, y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:4-7
Que el pueblo latino es muy fiestero, es un hecho. Nos gusta reunirnos, preparar algo rico para comer, y compartir con los seres queridos y amigos que nos rodean. Las fiestas patronales duran todo un día, incluso hay veces que más de un día. Si es época de la copa del mundo, por cada partido que nuestra selección avanza, todos salen a las calles a festejar con mucha alegría y esperanza. Pero pasados esos momentos festivos, en la rutina diaria podemos encontrar a personas amargas, tristes, desanimadas. Pareciera que la alegría fuera solamente momentánea.
Por eso es importante que sepas que hay una alegría que puede llenar nuestro corazón y durar para siempre. Es la alegría que tenemos al saber que Cristo murió por nosotros, dándonos el perdón de los pecados y la vida eterna. Cuando depositamos nuestra fe en él, vivimos con alegría aún en medio de los problemas de la vida, pues tenemos la certeza de que un día, después de nuestra muerte, estaremos con él en el cielo, donde disfrutaremos de la alegría eterna al lado de nuestro Padre celestial.
ORACIÓN: Querido Dios, gracias por haber enviado hasta nosotros a tu hijo Jesús, quien nos trae la verdadera alegría y llena nuestros corazones de paz. En su nombre. Amén.
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