ALIMENTO DIARIO

  • "Límites"


  • junio 26, 2008
  • Luego el diablo... le dijo: -Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está: "Ordenará que sus ángeles te sostengan en sus manos, para que no tropieces con piedra alguna". -También está escrito: "No pongas a prueba al Señor tu Dios" -le contestó Jesús. Mateo 4:5-7Luego el diablo... le dijo: -Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está: "Ordenará que sus ángeles te sostengan en sus manos, para que no tropieces con piedra alguna". -También está escrito: "No pongas a prueba al Señor tu Dios" -le contestó Jesús. Mateo 4:5-7


  • Hace cosa de un mes un grupo luterano del estado de Florida me pidió si les podía donar un jarro para una subasta que iban a hacer para juntar dinero para una beneficencia. Como no tenía ningún jarro extra, les envié uno «con asa»: un jarro para cerveza de Munich. Y lo hice con mucha alegría.

    En otra oportunidad en el estado de Nebraska subastamos uno de mis sermones. También lo hice con alegría.

    Una vez en una de mis iglesias me tiraron a la cara tres pasteles con crema, con lo cual recaudaron varios miles de dólares… (y quienes ganaron la subasta dejaron que mi esposa fuera quien me tirara uno de esos pasteles). Lo hice con alegría… bueno, en realidad, no tanta.

    Pero llega un momento en que tenemos que poner límites, y decir «basta».

    Por ejemplo, la semana pasada, el Arzobispo de York hizo un salto en paracaídas para recaudar fondos para una beneficencia. Saltó a 12.500 pies de altura, y abrió su paracaídas a los 5.000 pies. Hablando sobre el salto, dijo: «Mientras estaba allá arriba estuve rezando como nunca antes».

    Espero que nadie piense que saltar de un avión es un pecado, porque no lo es. Pero aún así, yo jamás voy a hacerlo. Ni siquiera para recaudar $100.000, como fue la intención del Arzobispo.

    Todos, en algún momento, tenemos que poner límites. Hasta el mismo Jesús puso límites cuando el diablo lo tentó a que se tirara de la parte más alta del templo, asegurándole que era por una buena causa… y que los mismos ángeles lo protegerían. En respuesta, Jesús dijo: «No pongas a prueba al Señor tu Dios».

    Jesús siempre puso límites y dijo «no» a las artimañas del diablo, porque sabía que una sola caída en pecado haría que todos nosotros nos perdiéramos para siempre.

    De la misma forma nosotros, como pueblo de Dios, necesitamos poner límites a las tentaciones, para no flirtear con las sugerencias escandalosas del diablo y pecar. Es mucho mejor y más saludable que el pueblo de Dios responda a las tentaciones de Satanás diciendo: «Aquí pongo mis límites. No te voy a escuchar, ni a hacer caso de lo que estás sugiriendo. No haré nada que ponga a prueba a mi Dios.»

    ORACIÓN: Querido Señor Jesús, te doy gracias por haber puesto límites y rechazado toda tentación. Gracias a tu obediencia, sufrimiento, muerte y resurrección, yo soy salvo. Ayúdame para que yo también sea capaz de poner límites contra Satanás. En tu nombre. Amén.