"Como un padre"

Yo seré un padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos y mis hijas, dice el Señor Todopoderoso. 2 Corintios 6:18Yo seré un padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos y mis hijas, dice el Señor Todopoderoso. 2 Corintios 6:18

Queridos hermanos en Cristo:

Pastor Ken Klaus,
Orador The Lutheran Hour
Cristo Para Todas Las Naciones

El padre puede ser una tremenda bendición en la vida. A través de estudios se ha llegado a la conclusión que la presencia o ausencia del padre en la vida de un niño es el factor que más ayuda a predecir si va a terminar la escuela secundaria, si va a ir a la universidad, si se va a involucrar en crímenes o uso de drogas, o, en el caso de una niña, si va a quedar embarazada antes de los 18 años.

El padre también puede ser una tremenda bendición en la vida espiritual. Cuando el padre es el primero en profesar su fe en Jesucristo, su familia le sigue en un 93% de las veces.

No es de extrañar, entonces, que Dios quiera relacionarse con nosotros como Padre.

Dios se identifica a sí mismo como «Padre» para que podamos comprender cuánto nos ama. Él nunca va a ser como un padre humano, ya que los padres humanos son imperfectos, porque él es perfecto y santo. Y como tal, hace por sus hijos lo que un Padre perfecto y santo debe hacer: los ama, los protege, los escucha, los consuela, los dirige, los sirve, los ayuda, y los rescata.

El mayor acto de amor de Dios fue enviar a su hijo Jesucristo a morir en una cruz para pagar por los pecados de todas las personas. Todo aquél que profesa su fe en él lo recibe como su Señor y Salvador y se convierte en hijo de Dios – y Dios se convierte en su Padre.

Un padre no es padre simplemente porque haya generado biológicamente un hijo. Lo que lo convierte en padre es lo que hace por ese hijo. Dios se comporta como nuestro Padre, amándonos a través de su hijo Jesucristo, y nos trata siempre como sus hijos. Él es el modelo perfecto a seguir.

ORACIÓN: Querido Dios, al entregar a tu hijo Jesucristo para que muriera por nosotros demostraste que nos amas como Padre, y al darnos el regalo de la fe nos convertiste en tus hijos. Te damos gracias por tener compasión de nosotros, y te pedimos que tu bendición nunca nos abandone. En el nombre de tu Hijo. Amén.

Biografía del autor:
Kevin Wendt se graduó del Seminario Concordia de Fort Wayne, Indiana, en 1993, y actualmente está sirviendo en la congregación Concordia en esa ciudad. Previamente sirvió congregaciones en Rochester, Minnesota; Macomb, Michigan, y St. Louis, Missouri. Junto con su esposa Jennifer tienen tres hijos: Amanda, Andrew, y Aaron.

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