ALIMENTO DIARIO

  • "Vivir en armonía"


  • agosto 20, 2008
  • Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad. Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona. Marcos 7:21-23Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad. Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona. Marcos 7:21-23


  • ¿Podemos vivir en armonía?

    Buena pregunta. Difícil de contestar.

    Las Olimpíadas siguen ocupando la primer plana en las noticias, y siguen atrayendo millones de espectadores. Como todos sabemos, uno de los objetivos de este evento es el de aumentar la paz, la armonía, el compañerismo, el estímulo y un montón de cosas positivas que ayudan a la convivencia de la humanidad toda.

    Pero, lamentablemente, no siempre es así.

    Debido a amenazas recibidas de organizaciones terroristas, China tuvo que incrementar la protección policial y la seguridad pública. También tuvo que publicar panfletos con instrucciones para los turistas sobre reglas de comportamiento, y entrenar decenas de miles de voluntarios sobre qué hacer y qué no hacer en presencia de invitados.

    El país anfitrión decidió reducir al mínimo indispensable las demostraciones políticas, y permitirlas sólo en ciertos lugares, y también optó por no permitir comentarios sobre religión, ni la exhibición de banderas de países que no participan de los juegos olímpicos.

    Parece que «vivir en armonía» no es algo que sucede naturalmente, sino que tenemos que hacer un esfuerzo para lograrlo.

    Esa es una de las razones por la que nuestro Padre celestial envió a su Hijo a este mundo. Jesús vino a salvarnos del pecado, la muerte, y el diablo, pero también vino a salvarnos de nosotros mismos, del mal que vive dentro de nosotros.

    «¿Qué mal?» Jesús nos da una respuesta parcial en el texto elegido para esta devoción cuando nos dice que de nuestros corazones salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad.

    Y de ninguno de esos pecados nos podemos salvar por nosotros mismos. Para que fuéramos salvos, para que el precio de nuestro castigo fuera pagado, alguien tenía que vivir una vida perfecta.

    Y ese alguien fue Jesucristo. Él fue quien cargó nuestros pecados sobre sí mismo, y por haberlo hecho, quienes creemos en él somos perdonados y salvados. Gracias a la vida perfecta de Jesús, un día seremos llevados a un lugar donde no tendremos que hacer ningún esfuerzo para vivir en armonía.

    En el cielo, ante la presencia de nuestro Señor, habrá una paz perfecta, una alabanza perfecta, y una armonía perfecta.

    ORACIÓN: Querido Señor Jesús, te doy gracias por haber dado tu vida para que yo pueda tener vida eterna en tu paraíso perfecto. En tu nombre. Amén.