ALIMENTO DIARIO

  • "Ojos y corazón abiertos"


  • noviembre 9, 2008
  • No se nublarán los ojos de los que ven; prestarán atención los oídos de los que oyen. Isaías 32:3No se nublarán los ojos de los que ven; prestarán atención los oídos de los que oyen. Isaías 32:3


  • ¿Alguna vez se ha preguntado por qué algunas personas tienen éxito y otras fracasan?

    Quizás sea porque quienes tienen éxito ven cosas que los demás no ven.

    Un naturalista hizo un experimento en la Provincia del Labrador, Canadá, y notó que, cuando la carne se congelaba a 40 grados bajo cero, tenía mejor gusto que cuando se congelaba lentamente. Cuando regresó a su casa, experimentó de congelar rápidamente distintos tipos de alimentos. Eventualmente comenzó a hacer de esto un negocio.

    Su nombre era Clarence Birdseye (marca de productos congelados muy conocida en este país). En 1929 vendió su negocio por 22 millones de dólares.

    Me pregunto cuántas oportunidades he perdido por no tener los ojos abiertos. ¿Será que podría haber sido rico y famoso? Probablemente no. El Señor sabe que no estoy hecho para ese tipo de cosas, y, además, casi siempre estoy contento con lo que él me da.

    Sin embargo, el Espíritu Santo me ha abierto los ojos para que vea algo… a la única persona que necesito ver: Jesús. Jesús vale mucho más de lo que valía la compañía Birdseye en 1929. El sufrimiento, sacrificio y resurrección de Jesús me da una riqueza que no puede ser comprada ni vendida, una riqueza que nunca se va a echar a perder.

    Es mi oración que usted también tenga esa riqueza. Si es así, le pido que ore por alguien que todavía no tiene a Jesús como el Señor de su vida. Mantenga sus ojos y su corazón abiertos para dar testimonio a quienes están a su alrededor.

    Después de todo, el Señor quiere que todo vean a Jesús.

    De una devoción escrita originalmente para «By the Way»

    ORACIÓN: Querido Señor, mantén mis ojos abiertos para que pueda ver el amor que muestras en Jesús. Ayúdame a ser un testigo que refleje ese amor a quienes me rodean. Recuérdame que la salvación a través de la fe en Cristo es una regalo que nunca se va a echar a perder y que nadie me podrá robar. En el nombre del Salvador. Amén.