ALIMENTO DIARIO

  • "Un grito de ayuda"


  • enero 30, 2009
  • En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: "¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!" Lucas 18:13En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: "¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!" Lucas 18:13


  • Queridos hermanos en Cristo:

    La historia de la salvación en Jesucristo llega a todo el mundo. Para que los lectores de estas Devociones Diarias puedan ver el poder del Salvador a nivel mundial, hemos pedido a nuestras Oficinas Internacionales que escriban las devociones de los viernes. Oramos para que el Espíritu toque su corazón a través de ellas.

    En Cristo,

    Pastor Ken Klaus,
    Orador The Lutheran Hour
    Cristo Para Todas Las Naciones

    Mientras perseguían a un venado, uno de los cazadores se cayó en el pozo de una mina abandonada. Dada la profundidad del pozo, sus compañeros no podían rescatarlo, y como estaba herido, él tampoco podía salir por sus propios medios. Lo que le salvó la vida fue que tenían un teléfono celular con el cual pudieron pedir ayuda a la patrulla de rescate.

    Nosotros también necesitamos ser rescatados. A veces es nuestro cuerpo, pero siempre, y especialmente, es nuestra vida espiritual. La buena noticia es que hay ayuda, consuelo, y salvación para todo el que lo busque, sin importar su raza, su clase, o su condición. «Porque todo el que invoque el nombre del Señor será salvo» (Romanos 10:13). Cuán simples, pero a la vez cuán profundas son estas palabras.

    La historia de Pedro que encontramos en el Evangelio de Mateo 14:25-33 es una clara ilustración del poder salvador de Dios. Cuando Pedro iba caminando sobre el agua hacia Jesús, se asustó por el viento, y comenzó a hundirse. Entonces gritó: «¡Señor, sálvame!» Al oír estas palabras, Jesús inmediatamente extendió su mano y lo rescató.

    La vida física de Pedro fue rescatada esa noche por Jesús. Su vida espiritual, en cambio, fue redimida a través de su fe en el sacrificio que Jesucristo hizo por nosotros para rescatarnos de nuestros pecados y muerte eterna.

    Todos tenemos un problema que es mucho más grave que caernos en un pozo. Nuestro problema es el pecado. Un problema del cual nada ni nadie nos puede salvar… excepto nuestro salvador Jesucristo. Acudamos a él para recibir su perdón.

    ORACIÓN: Querido Señor, todopoderoso Dios, gracias por darnos tu Palabra. Reconozco que soy pecador y que necesito tu salvación. Perdóname en el nombre de Jesucristo. Amén.

    Biografía del autor: Nguyen Huu Dung es un voluntario en la oficina de Cristo Para Todas Las Naciones en Vietnam, que desde 1999 funciona en coordinación con alrededor de 25 congregaciones diseminadas por todo el país.

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