ALIMENTO DIARIO

  • "Un humanitario"


  • febrero 8, 2009
  • No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás. La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús. Filipenses 2:3-5No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás. La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús. Filipenses 2:3-5


  • Cada vez que la lotería se acumula y llega a los $200 millones, empiezo a imaginarme qué haría con todo ese dinero si lo ganara. Los primeros $80 millones son fáciles de gastar. Pero justo cuando comienzo a sonar con qué hacer con el resto, es cuando mi esposa me hace volver a la realidad diciéndome: «si quieres ganar la lotería, primero tienes que comprar un ticket».

    La mayoría de nosotros pasamos una buena parte de nuestro tiempo soñando con lo que haríamos si… tal o cual cosa sucediera. Muchos de esos sueños tienen que ver con tener más dinero. «Qué haría si de pronto heredara una fortuna de un familiar que ni sabía que tenía… qué haría si un desconocido me regalara una bolsa llena de dinero sin pedir nada a cambio…»

    La mayoría de las veces el deseo de ser rico no es más que eso… un deseo. Por eso es que me asombré cuando leí la historia del Dr. Manuel Padaroyal, el científico colombiano que desarrolló la primer vacuna contra la malaria, enfermedad que infecta a más de 300 millones de personas por año, y mata a más de 3 millones.

    El Dr. Padaroyal está dando la vacuna al mundo sin cobrar nada.

    Ante este anuncio, hay quienes piensan que está loco, y otros que creen que es un salvador terrenal. Yo me inclino por esta segunda opción. Este doctor es un reflejo del Cristo que se dio a sí mismo para que fuéramos perdonados y bendecidos eternamente.

    También es un ejemplo para todos nosotros. Como cristianos, en el nombre del Salvador, podemos preparar una comida para alguien que recién salió del hospital, o pasar una tarde cuidando los niños de una madre que necesita tener un tiempo para descansar o hacer otras cosas. Hay millones de maneras en que podemos ayudar a los demás, y no necesitamos tener dinero para poder hacerlo. Todo lo que necesitamos es querer ayudar a los demás.

    ORACIÓN: Querido Señor, gracias por las muchas bendiciones que me das cada día. Ayúdame a compartir tu amor y compasión con quienes me rodean. En el nombre de Jesús. Amén.

    De una devoción escrita originalmente para «By the Way»