ALIMENTO DIARIO

  • "Visión"


  • febrero 12, 2009
  • "Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo." Al instante cayó de los ojos de Saulo algo como escamas, y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado. Hechos 9:17b-18"Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo." Al instante cayó de los ojos de Saulo algo como escamas, y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado. Hechos 9:17b-18


  • No sé si Beth es cristiana. Pero sí sé que Beth puede identificarse muy bien con el texto que nos sirve de base para la devoción de hoy, porque desde los 15 años, cuando quedó prácticamente ciega, Beth sólo ha podido ver luz y sombras.

    Hoy Beth tiene 87 años. Se podrán imaginar que durante todos estos años consultó con muchos médicos acerca de su vista, pero siempre recibió la misma respuesta: «ya es demasiado tarde para poder hacer algo». Hasta que hace poco un cirujano, el Dr. Nick Evans, descubrió que tenía cataratas bien profundas, y la operó.

    Actualmente, la visión de Beth es 80% normal.

    De más está decir que no tiene suficientes palabras para expresar la alegría que siente por poder ver el mundo que siempre ha estado a su alrededor. Es por eso que digo que ella se puede identificar con la historia de Saulo.

    Hace muchos siglos, cuando «algo como escamas» cayó de los ojos de Saulo (que luego se llamaría Pablo), él pudo «ver» el nuevo y maravilloso mundo de perdón y salvación que el Señor le había dado. Habiendo quedado atrás el odio hacia Cristo y sus seguidores, con corazón alegre Pablo se convirtió en un siervo del Salvador.

    Demasiado a menudo el diablo y el mundo tratan de poner «algo como escamas» en los ojos de nuestra fe para cegarnos a las bendiciones que el Señor continuamente nos está dando. Cuando lo logran perdemos la alegría, el ánimo, y la esperanza.

    Pidámosle al Espíritu Santo para que nos abra los ojos de tal forma que podamos ver la obra de Dios en nuestra vida.

    ORACIÓN: Querido Señor Jesús, a través de tu vida, muerte y resurrección, me has dado una vida nueva y maravillosa. Envía tu Espíritu Santo para que no permita que haya nada que me impida ver tu presencia en mi vida. En tu nombre. Amén.