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ALIMENTO DIARIO
Entonces Jesús les dijo: «Pues den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.» Lucas 20:25Entonces Jesús les dijo: «Pues den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.» Lucas 20:25
Cuando nuestro hijo mayor estaba en tercer grado, tuvo un evento en su escuela donde cantaron e hicieron varias presentaciones. Al final del evento, una gran bandera estadounidense se desplegó desde un balcón y todos los niños, incluyendo al mío, se pusieron la mano en el corazón y cantaron su Himno Nacional. Un arcoíris de emociones me invadió. Por primera vez estaba internalizando que mis hijos y yo tenemos banderas diferentes. Tuve una lucha interna. Sentía que si amaba este país y su bandera traicionaba el mío y mi bandera. Pero si no lo amaba, traicionaba a mis hijos y hasta a mí misma.
Jesús explica que darle al César lo que es del César no interfiere con darle a Dios lo que es de Dios. Mi lealtad civil no invalida mi lealtad celestial y viceversa. Por causa de nuestro Bautismo, somos ciudadanos de dos reinos y tenemos, por así decirlo, dos banderas. Pertenecemos al reino civil y al celestial. Nuestra lealtad a Dios puede coexistir con nuestra lealtad a los gobiernos terrenales, siempre y cuando sus exigencias no usurpen lo que le corresponde a Dios.
Jesús fue perfectamente leal al Padre y eso le trajo condenación del gobierno civil. Pero su condenación nos ganó perdón. Entonces, cuando fallamos en «obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hechos 5:29), y en sujetarnos «a la autoridad, no sólo por causa del castigo, sino también por motivos de conciencia» (Romanos 13:5), él nos perdona. Y un día, por la perfecta fidelidad de Jesús a sus dos banderas, tú y yo recibiremos «una herencia incorruptible, incontaminada e imperecedera. Esta herencia [nos] está reservada en los cielos» (1 Pedro 1:4).
Mientras esperamos, podemos amar a todos los países representados en nuestra familia.
ORACIÓN: Jesús, perdóname porque no siempre soy fiel en mis responsabilidades civiles y celestiales. Gracias por ganarme el Reino por tu perfecta fidelidad. Ayúdame a compartir estas buenas noticias con todos. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Cuántas nacionalidades hay representadas en tu familia?
* ¿Qué es lo que más esperas de tu vida en el reino de los cielos?
Diaconisa Noemí Guerra
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