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ALIMENTO DIARIO
...no temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas... (Isaías 43:1b:2)...no temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas... (Isaías 43:1b:2)
Linton, Dakota del Norte ha tenido su cuota de problemas. Sí, sé que usted y su comunidad también tienen problemas. Pero el pueblo de Linton ha tenido PROBLEMAS.
En primer lugar, uno de los mayores empleadores de la ciudad cerró, lo que fue durísimo. Luego, dos afluentes del río Missouri se inundaron, anegando puentes y carreteras, y dañando más de 70 hogares en una comunidad de 1.500 personas, lo que fue devastator.
Pero ahora que todo eso pasó, ya no hay más sacos de arena y el pueblo de Linton está volviendo a su normalidad. Los campos están arados y los pastos están verdes. Las empresas se han trasladado desde las afueras de la ciudad de nuevo a la calle principal. Por primera vez en tres décadas, todos los edificios de la calle principal están habitados, y el tráfico ya es una realidad.
Como si con todo eso no alcanzara, las inundaciones de la primavera han llenado el lago, por lo que una vez más pueden ser puestos en marcha los botes, lo que hace que tanto pescadores como turistas empiezan a regresar.
El pueblo de Linton ha experimentado una vasta transformación. El co-editor del periódico semanal del pueblo lo describe como «la revitalización a través de la devastación».
Esa frase me gusta porque suena como teológica. Piense en esto: nosotros los cristianos, que estábamos condenados por ser pecadores, hemos sido revitalizados a través de la devastación experimentada por Jesús en la cruz. Nosotros, que hemos visto el amor y el compromiso del Señor a través de la vida del Salvador, de su injusta muerte y de su gloriosa resurrección, hemos sido perdonados, salvados, reciclados y restaurados.
Como dice Isaías: ‘Por el sacrificio del Salvador hemos sido redimidos. Ahora, viviendo en el amor de Dios, sabemos que los ríos no pueden anegarnos ni cubrirnos las aguas’.
Es verdad: en tiempos difíciles, independientemente de las dificultades y las destrucciones que nos asedian, los cristianos podemos permanecer en confianza: ‘Dios nos ha llamado por nuestro nombre, a Él pertenecemos’.
ORACIÓN: Querido Padre celestial, te damos gracias porque sabemos que en tiempos difíciles, cuando nuestros días son oscuros, podemos seguir confiando en que Tú nos has llamado por nombre, a través de Jesús, y nos has hecho tuyos. En el nombre de Jesús oramos. Amén.