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ALIMENTO DIARIO
Como no podían acercarse a Jesús por causa de la multitud, quitaron parte del techo donde estaba Jesús, hicieron una abertura, y por ahí bajaron la camilla en la que estaba acostado el paralítico. Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al paralítico: «Hijo, los pecados te son perdonados» (Marcos 2:4-5).Como no podían acercarse a Jesús por causa de la multitud, quitaron parte del techo donde estaba Jesús, hicieron una abertura, y por ahí bajaron la camilla en la que estaba acostado el paralítico. Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al paralítico: «Hijo, los pecados te son perdonados» (Marcos 2:4-5).
«Los pecados te son perdonados.» Jesús usa esta frase como emblema de su ministerio, como una bandera que se ondea en lo alto anunciando la llegada de la paz y el amor que él nos da. Una paz que sobrepasa todo entendimiento y un amor sin igual. Un amor que perdona, un amor que entrega su vida voluntariamente para rescatar a los enfermos de cuerpo y de alma infectados por el pecado.
«Los pecados te son perdonados.» Jesús les pronunció esta frase a tantas personas como le fue posible. En su ministerio terrenal Jesús se encontró con personas que padecían un sinnúmero de enfermedades. Algunos estaban ciegos, otros inválidos, otros sufrían de lepra. Pero, si bien cada uno tenía sus propios desafíos, todos tenían algo en común: eran pecadores incapaces de salvarse a sí mismos.
«Los pecados te son perdonados.» Esta frase es sin duda alguna música para los oídos de todas aquellas personas que la escuchan con fe. Ser perdonado es experimentar una paz interior inmensa e inexplicable. Es sentirse aliviado y completamente limpio. Es ser liberado de todas esas cargas que nos agobian y nos roban la paz.
Si estás agobiado y cansado de una vida sin sentido, si has tocado fondo y como el paralítico te sientes espiritualmente inválido, acércate a Jesucristo con corazón arrepentido y recibe las palabras que con mucho amor pronuncia para ti: «Los pecados te son perdonados.»
Querido Señor Jesús, gracias por haber estado dispuesto a sacrificar tu vida en la cruz para pagar el precio de nuestros pecados y darnos el perdón. En tu nombre. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Qué situaciones de la vida te roban la paz?
* ¿Qué cosas necesitas confesar para recibir el perdón que Jesús te ofrece?
Cristian Morales
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