ALIMENTO DIARIO

  • "Escogidos"


  • junio 20, 2009
  • De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos. Hechos 4:12De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos. Hechos 4:12


  • Una vez, cuando estaba en una heladería que normalmente ofrece una gran variedad de sabores, sucedió que debido a un retraso del camión repartidor, el hombre que atendía no tenía mucho que ofrecer.

    Atendiendo a la mujer que estaba frente a mí, simplificó la selección diciendo: «¿Qué puedo servirle: chocolate o vainilla?»

    La señora, quien no había leído las explicaciones en la puerta, preguntó: «¿Por qué no tiene más sabores?» La respuesta del dependiente fue de lo más colosal: «Señora, si supiera el tiempo que le lleva a la gente decidirse entre chocolate y vainilla, JAMÁS querría tener más sabores para escoger.»

    Las opciones están a la orden del día.

    Si va al centro comercial se verá forzado a elegir entre una docena de películas que dicen «¡No deje de verla!». Si va a comprar dentífrico deberá decidir con fluor o normal, con sabor a menta o a goma de mascar, con blanqueador o sin él. El escoger es una de las alegrías y de las cargas de la vida.

    Excepto cuando se trata de un salvador. Cuando miramos a la lista de salvadores que ha habido en este mundo, encontramos… a Jesús. Jesús es el único Salvador que este mundo ha visto y que jamás verá.

    Sé que hay muchos que quieren hacernos creer que pueden salvarnos diciendo una y otra vez: «confía en mí», «deposita tu confianza, tu voto, tu esperanza en mí». Pero en realidad lo más que pueden ofrecer es dar un alivio temporal a problemas pasajeros.

    Tan solo Jesús, a través de su vida, muerte y resurrección, puede cambiar la eternidad de todos los que creen en Él.

    Tener que escoger puede parecer agobiante. Por ello reconforta el saber que, en lo que a Dios respecta, no hay demasiadas elecciones disponibles. De hecho, no hay elección. Es Jesús o nadie.

    Así que la próxima vez que le den a elegir entre «chocolate o vainilla», de gracias por Jesús, el único Redentor que puede salvar.

    ORACIÓN: Querido Señor, te doy gracias por haberme elegido. Ayúdame a hablar a mis amigos y familia acerca de Jesús, el único Salvador que necesitan conocer. En su nombre. Amén.

    De una devoción escrita originalmente para «By the Way»