"El lenguaje de Dios"

Dios, que muchas veces y de distintas maneras habló en otros tiempos a nuestros padres por medio de los profetas, en estos días finales nos ha hablado por medio del Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y mediante el cual hizo el universo (Hebreos 1:1-2).Dios, que muchas veces y de distintas maneras habló en otros tiempos a nuestros padres por medio de los profetas, en estos días finales nos ha hablado por medio del Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y mediante el cual hizo el universo (Hebreos 1:1-2).

¿Qué lenguaje tengo que usar para que me entiendas? Así les decimos a veces a nuestros niños. A veces pensamos que hablamos claramente pero el otro no nos entiende. ¿Qué es lo que pasa? Lo que pasa es que hablamos idiomas diferentes aunque usemos la misma lengua castellana. Hay lenguaje de odio y lenguaje de amor. Hay lenguaje que grita y que incita a la violencia, y hay lenguaje que calma los nervios y apacigua los ánimos.

Desde la creación del mundo Dios habló «muchas veces y de distintas maneras». Habló para crear el universo, para enviar un diluvio, para salvar a Noé y su familia. Habló para sacar al pueblo elegido de la esclavitud de Egipto. Habló por medio de ángeles para anunciar los dos nacimientos más importantes de la historia: el de Juan el Bautista y el de Jesús.

Por medio de Jesús Dios habló mucho mediante largos sermones y discursos. Pero lo magistral de Jesús se vio en su lenguaje corporal: su mano extendida para sanar al enfermo y devolver la vista al ciego. Jesús usó el poder de su palabra para resucitar muertos. Nos habló hasta con su silencio ante quienes lo acusaron injustamente, ante Poncio Pilatos, y ante quienes se burlaban de lo que ellos consideraban las pretensiones mesiánicas de Jesús.

Pero Jesús no estaba pretendiendo nada, sino que mediante su muerte nos dijo que el pecado es terrible, que nadie puede hacerle frente sino solo él. Y él le hizo frente, calladamente, obedientemente. En la cruz gritó su amor por nosotros, los seres humanos invadidos por el pecado que condena. Su grito nos abrió la puerta de los cielos. El perdón de los pecados es la firma de Dios de que nuestra liberación es una realidad eterna.

Gracias, Padre, por hablarnos con amor a través de Jesús. Amén.

Para reflexionar:
* ¿Qué lenguaje hablas con los tuyos?
* ¿Qué lenguaje usó Dios para llegar a ti?

Rev. Héctor Hoppe

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