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ALIMENTO DIARIO
Lo que sí vemos es que Jesús... está coronado de gloria y de honra, a causa de la muerte que sufrió... Porque convenía que Dios... perfeccionara mediante el sufrimiento al autor de la salvación de ellos, a fin de llevar muchos hijos a la gloria (Hebreos 2:9-10).Lo que sí vemos es que Jesús... está coronado de gloria y de honra, a causa de la muerte que sufrió... Porque convenía que Dios... perfeccionara mediante el sufrimiento al autor de la salvación de ellos, a fin de llevar muchos hijos a la gloria (Hebreos 2:9-10).
El tiempo de cuaresma no solo nos recuerda la pasión de Cristo en Jerusalén, sino que nos transporta al mundo que viene después de este. Pero para que nosotros vayamos al mundo venidero, Dios envió primero a su Hijo a venir a este mundo. Para que eso ocurriera, el Hijo eterno de Dios se despojó de su divinidad (Filipenses 2:7), porque este mundo no fue creado para que Dios lo habitara, él ya tiene su habitación magnífica en los cielos a la cual nos llevará mediante la obra de su Hijo.
¿Cómo es ese mundo venidero? No lo sabemos, no lo podemos ver, pero lo que sí vemos es a Jesús. Vemos al Jesús histórico que sufrió y murió en una cruz para pagar la deuda que teníamos acumulada con Dios por nuestra desobediencia. Vemos al Jesús que fue «coronado de gloria y honra, a causa de la muerte que sufrió». Jesús experimentó la muerte para nuestro bien. El Padre celestial perfeccionó a su Hijo mediante el sufrimiento para llevar a muchos hijos a la gloria. Esos muchos hijos somos nosotros, los elegidos, los que recibimos por el poder del Espíritu Santo el don de la fe.
Jesús es el autor de la salvación. Él hizo el trabajo de la salvación con sudor y lágrimas. Ese trabajo puso a prueba su paciencia y su compromiso de cumplir la voluntad de Dios en nuestro lugar. Aquí está la maravilla de Dios: nosotros no podemos llegar al mundo venidero por nuestras obras. Dependemos absolutamente de la obra de Jesús. Ahora nosotros, herederos de Dios por lo que Cristo hizo, reinaremos con él para siempre. Dios nos pone en la gloria, su gloria.
Gracias, Padre, por compartir la gloria y la honra de Jesús con nosotros. Amén.
Para reflexionar:
*¿Cómo esperas el mundo venidero?
*¿Cómo puedes ayudar a otros a esperar con confianza el mundo venidero?
Rev. Héctor Hoppe
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