"Por la cruz de Cristo, entramos en el reino de Dios"

»Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, se sentará en su trono de gloria, y todas las naciones serán reunidas ante él. Entonces él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda, y entonces el Rey dirá a los de su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo... "De cierto les digo que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos más pequeños, por mí lo hicieron". Entonces dirá también a los de la izquierda: "¡Apártense de mí, malditos! ¡Vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles! ... "De cierto les digo que todo lo que no hicieron por uno de estos más pequeños, tampoco por mí lo hicieron." Entonces éstos irán al castigo eterno, y los justos irán a la vida eterna» (Mateo 25:31-34, 40,41, 45-46).»Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, se sentará en su trono de gloria, y todas las naciones serán reunidas ante él. Entonces él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda, y entonces el Rey dirá a los de su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo... "De cierto les digo que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos más pequeños, por mí lo hicieron". Entonces dirá también a los de la izquierda: "¡Apártense de mí, malditos! ¡Vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles! ... "De cierto les digo que todo lo que no hicieron por uno de estos más pequeños, tampoco por mí lo hicieron." Entonces éstos irán al castigo eterno, y los justos irán a la vida eterna» (Mateo 25:31-34, 40,41, 45-46).

¡Por la cruz de Cristo, tenemos acceso al reino de nuestro Dios y Padre! En el último día, Jesús llevará a cabo una separación muy importante. Él separará a los verdaderos creyentes de los hipócritas y de aquellos que lo han rechazado. Los fieles, aquellos que han depositado su fe en Él, recibirán una cálida bienvenida en el cielo. Por otro lado, los incrédulos enfrentarán una condena.

Es increíble cómo la cruz de Cristo ha abierto las puertas del reino celestial para todos aquellos que creen. ¡Qué bendición es formar parte de este rebaño de Dios y anticipar con entusiasmo nuestro encuentro final con Él, sin merecerlo!

Señor, que en tu nombre a los que tienen hambre les demos de comer; que a los que tienen sed, les demos de beber; que a los forasteros, los recibamos; que a los desnudos los cubramos; que a los enfermos los visitemos; que a los que están en la cárcel, los visitemos también. Amén.

Para reflexionar:
* ¿Cómo te sientes al recordar que tu boleto al cielo ya fue comprado por Cristo?
* ¿Con quién puedes compartir hoy el regalo de la salvación por gracia?

Diaconisa Noemí Guerra

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