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ALIMENTO DIARIO
Pues no tengo dudas de que las aflicciones del tiempo presente en nada se comparan con la gloria venidera que habrá de revelarse en nosotros ... porque sabemos que toda la creación hasta ahora gime a una, y sufre como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros... Porque con esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve ya no es esperanza, porque ¿quién espera lo que ya está viendo? Pero si lo que esperamos es algo que todavía no vemos, tenemos que esperarlo con paciencia. De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues no sabemos qué nos conviene pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles... Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito... y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó (Romanos 8:18-30).Pues no tengo dudas de que las aflicciones del tiempo presente en nada se comparan con la gloria venidera que habrá de revelarse en nosotros ... porque sabemos que toda la creación hasta ahora gime a una, y sufre como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros... Porque con esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve ya no es esperanza, porque ¿quién espera lo que ya está viendo? Pero si lo que esperamos es algo que todavía no vemos, tenemos que esperarlo con paciencia. De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues no sabemos qué nos conviene pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles... Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito... y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó (Romanos 8:18-30).
Hubo un momento de mi vida en que se levantó una tormenta en todas las áreas posibles. El enemigo de nuestras almas me atacó y me hirió profundamente. Pensé que jamás pasaría, que no volvería a amanecer. Gemía mi alma, pero conmigo gemía el Espíritu Santo, intercediendo por mí. No veía la esperanza, pero esperaba con paciencia la promesa de que todas las cosas obrarían para mi bien. Y sí, amaneció. Dios comenzó a restaurar todas las cosas, una por una.
Si te encuentras en momentos de sufrimiento y tribulación, cuando sientes que tus fuerzas flaquean y tus esperanzas amenazan con desvanecerse, cuando tu alma gime, abandónate en los brazos de las promesas de Dios. El Espíritu Santo te susurra sus palabras de aliento y te sostiene con su abrazo, mientras sigue obrando en ti y en la situación que estás viviendo. Su consuelo en el sufrimiento, su fortaleza en nuestra debilidad y su recordatorio constante de la gloria venidera nos animan a perseverar.
Hoy oro con Jesús por ti, para que sus palabras te sostengan mientras escuchas o lees este devocional. No pierdas la esperanza. Pronto amanecerá, te levantarás y podrás confirmar a otros.
Padre, sabemos que las aflicciones del tiempo presente en nada se comparan con la gloria venidera que habrá de revelarse en nosotros. Gracias porque tu Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Amén.
Para reflexionar:
* Toma un momento hoy para reflexionar en esto: Dios desarmó a los poderes y las potestades, y los exhibió públicamente al triunfar sobre ellos en la cruz. Si Dios está contigo, ¿quién puede contra ti?
* Haz tuyas las palabras del Salmo 23: El Señor es mi pastor; nada me falta. En campos de verdes pastos me hace descansar; me lleva a arroyos de aguas tranquilas. Me infunde nuevas fuerzas y me guía por el camino correcto, para hacer honor a su nombre. Su bondad y misericordia me acompañarán todos los días de mi vida.
Diaconisa Noemí Guerra
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