ALIMENTO DIARIO

  • "Billetes falsos"


  • mayo 1, 2024
  • «No se turbe su corazón. Ustedes creen en Dios; crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos aposentos. Si así no fuera, ya les hubiera dicho. Así que voy a preparar lugar para ustedes. Y si me voy y les preparo lugar, vendré otra vez, y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, también ustedes estén...Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí» (Juan 14:1-3, 6).«No se turbe su corazón. Ustedes creen en Dios; crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos aposentos. Si así no fuera, ya les hubiera dicho. Así que voy a preparar lugar para ustedes. Y si me voy y les preparo lugar, vendré otra vez, y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, también ustedes estén...Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí» (Juan 14:1-3, 6).


  • Hace muchos años recibí una capacitación para reconocer billetes falsos. Se nos explicó enfáticamente que lo importante era conocer muy bien los billetes verdaderos, porque siempre saldrían nuevos billetes falsos y es casi imposible conocerlos todos. Pero si conocíamos bien los billetes verdaderos, los falsos no nos engañarían.

    En esta sociedad donde todas las verdades son relativas, donde hay tantas religiones y sectas falsas, quiero recordar con ustedes, enfáticamente, lo importante que es conocer la verdadera fe cristiana.

    La fe cristiana es la confesión de que Jesús es el único Redentor y Salvador del mundo, que él es el camino, la verdad y la vida, y que nadie viene al Padre, sino por él.

    Y es que Dios creó todas las cosas perfectas y ama a su creación, especialmente a nosotros, los seres humanos. Sin embargo, desde nuestros primeros padres, toda la humanidad se rebeló contra él y caímos en las tinieblas, el pecado y la muerte. Y como leemos en Romanos 6:23: «… la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor».

    Así que, en su amor, Dios Padre envió a su único Hijo al mundo para que se convirtiera en un ser humano como nosotros y nos redimiera. Y también nos envió su Espíritu, para que podamos ser suyos otra vez mediante la fe en su hijo Jesús. Porque «de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Juan 3:16).

    Padre, gracias por regalarnos la fe en Cristo y por recordarnos que, por la obra de Cristo, podemos conocerte y entrar en tu eterna presencia. Amén.

    Para reflexionar:
    * ¿Qué haces para afirmarte en la fe cristiana y no ser engañado por nuevas creencias falsas que puedan surgir?
    * ¿De qué manera la promesa de Cristo de prepararte un lugar en el cielo impacta tu vida diaria y tus decisiones?

    Diaconisa Noemí Guerra


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