ALIMENTO DIARIO

  • "La guerra para terminar todas las guerras."


  • junio 18, 2009
  • Convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces. No levantará espada nación contra nación, y nunca más se adiestrarán para la guerra. Isaías 2:4bConvertirán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces. No levantará espada nación contra nación, y nunca más se adiestrarán para la guerra. Isaías 2:4b


  • Jack Ross era la persona más vieja de Australia: falleció cuando 110 años. Él fue el último australiano superviviente que había servido en la Primera Guerra Mundial.

    Se dice que fueron 417,000 hombres y mujeres quienes sirvieron en la «Guerra para terminar todas las guerras». La mayoría de ellos eran hombres y mujeres jóvenes, pero ahora todos han fallecido.

    Hay algunas cosas que no cambian. ¿Qué tipo de cosas? Por ejemplo…

    • Que «La guerra para terminar todas las guerras» no terminó los conflictos entre los países. A pesar de las mejores intenciones de la humanidad y de nuestras mejores resoluciones para cambiar, y a pesar de ser mejores y de crear un mundo más seguro; el pecado y Satanás se siguen asegurando que haya guerras y rumores de guerras. No todas las espadas han sido transformadas en arados. Todavía no.
    • ¿Qué tipo de cosas no cambian? Cosas como la realidad de la muerte, que sigue siendo cierta para todos nosotros. Puede venir rápidamente en las trincheras o en los hospitales del campo de batalla de una Guerra Mundial, o puede venir calladamente, acechándonos lentamente. Viene en millones de diferentes maneras, pero viene.

    Todo esto podría ser depresivo y desconcertante si no fuera por el Salvador, quien tampoco ha cambiado. A través de sus 33 años de vida, Jesús se dedicó a sí mismo a asegurar que el pecado y la muerte no tuvieran la última palabra. Y porque dio su vida en la cruz y se levantó de entre los muertos, podemos confiar en sus palabras: «Porque Yo vivo, tu también vivirás» (Juan 14:19).

    Gracias a que el Salvador ha ganado la batalla final por nosotros, podemos estar seguros que llegará el momento en que las espadas serán convertidas en arados, y ninguna nación se levantará en armas contra otra nación.

    Gracias a Jesús, llegará el momento en que los jóvenes no irán más a la guerra y quienes no regresaron de ella, finalmente regresarán.

    ORACIÓN: Querido Salvador, porque tú vives también viviremos. Te damos gracias porque por tu sacrificio recibiremos la eternidad en el cielo. En tu nombre. Amén.