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ALIMENTO DIARIO
Porque los celos desatan la furia del esposo, y éste no perdonará en el día de la venganza. No aceptará nada en desagravio, ni se contentará con muchos regalos. Proverbios 6:34-35Porque los celos desatan la furia del esposo, y éste no perdonará en el día de la venganza. No aceptará nada en desagravio, ni se contentará con muchos regalos. Proverbios 6:34-35
Se supone que los casamientos son acontecimientos felices, pero un casamiento que se realizó hace poco en Kuwait no tuvo nada de feliz.
El día comenzó con el reencuentro de cientos de familiares y amigos. La alegría y las expectativas fueron aumentando con el correr del día, mientras la novia se vestía y maquillaba para la boda.
Fue entonces cuando, en la carpa donde había cientos de mujeres y niños que esperaban que comenzaran las celebraciones, se produjo un incendio. El fuego se extendió rápidamente, y en tres minutos tanto la carpa como los almohadones y todas las cosas inflamables ya se habían quemado… al igual que 43 personas.
¿Un accidente terrible? No. El incendio lo provocó la ex-esposa del novio, quien creía que había sido tratada injustamente, y quien más tarde confesó haber derramado gasolina alrededor de la carpa.
Los celos, el enojo descontrolado, y la venganza, son emociones que, si bien a veces son comprensibles, no son beneficiosas. Al contrario, son improductivas y no son cristianas.
¿Qué dirían los Evangelios si Jesús hubiera pagado mal con mal? ¿Qué clase de Salvador tendríamos, si Jesús hubiera hecho llover fuego sobre Nazaret, su ciudad natal, cuando trataron de matarlo? ¿Qué tipo de salvación tendríamos si Jesús hubiera matado a los jueces que injustamente lo condenaron? ¿Qué sería de nuestra esperanza si Jesús se hubiera bajado de su cruz y hubiera puesto en ella a los culpables?
Damos gracias por que Jesús no hizo nada de eso, sino que dejó su ira a un lado para hacer lo que su Padre le había pedido, cargando nuestros pecados sobre sí mismo, y salvando así nuestras almas.
En reconocimiento y respuesta a lo que él ha hecho por nosotros, es necesario que hagamos lo mismo por quienes nos ofenden y nos insultan… es necesario que perdonemos así como hemos sido perdonados.
ORACIÓN: Querido señor Jesús, gracias por haberte sacrificado para darme perdón y vida eterna. Ayúdame a no olvidar tu sacrificio por mí. En tu nombre. Amén.