ALIMENTO DIARIO

  • "Depende de ustedes"


  • octubre 15, 2009
  • No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. Romanos 12:17-18No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. Romanos 12:17-18


  • Hasta ahora no he hecho referencia a la convocatoria islámica que se realizó en el Capitolio en la ciudad de Washington, D.C. Si bien los promotores del evento esperaban reunir unas 50.000 personas, solamente se juntaron entre tres y cinco mil.

    Tengo una razón por la cual no he hecho ningún comentario acerca de la misma hasta ahora: porque en los Estados Unidos toda religión tiene derecho a reunirse en forma pacífica cuándo y dónde desee.

    También tengo una razón por la cual ahora sí voy a hablar acerca de esa convocatoria. Pero no es porque haya terminado en violencia, o por lo que se haya dicho en la misma, porque en realidad no hubo violencia, y hubo muy buenos discursos.

    Pero hubo algo que no fue dicho: nadie condenó la violencia que a nivel mundial está ejerciendo el islamismo radical. Es cierto que la mayoría de los seguidores del profeta son personas buenas y pacíficas. Pero también es cierto que, mientras que la mayoría de los islamitas se mantiene en silencio, los radicales siguen dictando y determinando el futuro, como lo han hecho hasta ahora.

    Los cristianos tenemos la responsabilidad de decir lo que es correcto y lo que está bien. Esa es la sabiduría del Señor que San Pablo estaba pasándole a la iglesia en Roma, y también a nosotros.

    En tanto dependa de nosotros, que hemos sido redimidos por el sufrimiento y sacrificio del Cordero, debemos hacer lo que es bueno a la vista de todos.

    En tanto dependa de nosotros, los representantes del Salvador deben vivir en paz con todos.

    Después de todo, la cruz y la tumba vacía ya son motivos suficientes para ofender al mundo. No es necesario que agreguemos nada más para que el mundo nos odie.

    ORACIÓN: Querido Señor, te pido que si ofendo a alguien, mi ofensa sea un testimonio del sacrificio que el Salvador ha hecho por mí. Que los demás puedan ver en mí el maravilloso amor que tú has mostrado en la resurrección de tu Hijo Jesucristo. En su nombre. Amén.