ALIMENTO DIARIO

  • "Renaciendo en la fidelidad"


  • junio 28, 2024
  • Allí estaba una mujer que desde hacía doce años padecía de hemorragias y había sufrido mucho a manos de muchos médicos, pero que lejos de mejorar había gastado todo lo que tenía, sin ningún resultado. Cuando oyó hablar de Jesús, se le acercó por detrás, entre la gente, y le tocó el manto... Y tan pronto como tocó el manto de Jesús, su hemorragia se detuvo, por lo que sintió en su cuerpo que había quedado sana de esa enfermedad... Todavía estaba él hablando cuando de la casa del jefe de la sinagoga vinieron a decirle: «Ya no molestes al Maestro. Tu hija ha muerto.» Pero Jesús, que oyó lo que decían, le dijo al jefe de la sinagoga: «No temas. Sólo debes creer»... Jesús la tomó de la mano, y le dijo: «¡Talita cumi!», es decir, «A ti, niña, te digo: ¡levántate!» Enseguida la niña, que tenía doce años, se levantó y comenzó a caminar... (Marcos 5:25-27, 29, 35-36, 41-42a).


  • En el pasaje de hoy vemos cómo Jesús manifiesta su fidelidad y su misericordia al resucitar tanto a la hija de Jairo como a la mujer que padecía hemorragias.

    A pesar de las noticias desalentadoras de la muerte de la niña, Jesús insta a Jairo a creer y lo acompaña a su hogar. Allí, con un gesto de poder y amor, Jesús resucita a la niña, mostrando su fidelidad en traer vida donde solo había muerte.

    Por otro lado, una mujer afligida por su enfermedad, después de muchos años de sufrimiento, se acerca a Jesús con la esperanza de ser sanada. Con solo tocar el borde de su manto, experimenta la compasión y el poder restaurador de Jesús, quien la llama hija y la devuelve a una vida plena y sana.

    Aquí vemos el carácter fiel y misericordioso de Jesús. Él no solo es capaz de sanar nuestras enfermedades físicas, sino que también tiene el poder de resucitarnos espiritualmente de la muerte del pecado hacia una vida renovada en Él.

    Padre nuestro, que, en medio de nuestras pruebas y tribulaciones encontremos consuelo y esperanza en ti, pues eres fiel y nos ofreces vida abundante. Amén.

    Para reflexionar:
    * ¿Cómo puedes aplicar esta enseñanza a tus propias luchas y desafíos diarios, confiando en la fidelidad y misericordia de Cristo en tu vida?
    * Medita sobre cómo la resurrección de Cristo te brinda esperanza y certeza en medio de los desafíos y las incertidumbres de la vida diaria.

    Diaconisa Noemí Guerra


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