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ALIMENTO DIARIO
En ningún otro hay salvación, porque no se ha dado a la humanidad ningún otro nombre bajo el cielo mediante el cual podamos alcanzar la salvación (Hechos 4:12).
Existen dos formas de entender las religiones del mundo: una depende de nuestras acciones humanas, y la otra depende solo de Dios.
En muchas religiones se enseña que la salvación se logra a través de nuestras propias obras y esfuerzos. Dicen que debemos ser lo suficientemente buenos, hacer lo correcto o seguir ciertas reglas para alcanzar la salvación. Esto nos deja inseguros y ansiosos, preguntándonos si hemos hecho lo suficiente para ganar la salvación.
Por su parte, la fe cristiana ofrece una esperanza única y diferente. Nuestra salvación no depende de nuestras acciones o esfuerzos, sino completamente de la gracia de Dios a través de Jesús. No podemos ganar la salvación por nuestros propios méritos; solo a través de Jesús podemos recibir el perdón de nuestros pecados y la vida eterna.
Cuando nos acercamos por el Espíritu a los sacramentos, recibimos los dones de la gracia divina que nos renuevan, fortalecen y capacitan para vivir conforme a su voluntad en respuesta a nuestra salvación. Y cuando fallamos, Jesús nos ofrece el perdón y nos invita a seguir adelante con Él.
Tú y yo somos llamados a ser diferentes. En medio de un mundo que a menudo confía en sus propios esfuerzos, nosotros nos apoyamos completamente en la gracia de Dios a través de Jesús para recibir el perdón y la salvación. Esta fe nos distingue y nos da una paz que el mundo no puede ofrecer.
Como personas redimidas, compartamos el amor y la esperanza de Cristo, dando testimonio de su bondad en todo lo que hacemos. Nuestra vida en Cristo nos convierte en agentes de cambio en el mundo, marcando una diferencia positiva a nuestro alrededor. Aferrémonos pues firmemente a esta verdad central de nuestra fe: la justificación por gracia mediante la fe solamente en Cristo.
Padre nuestro, te agradecemos por enviarnos a Jesús como nuestra única salvación. Reconocemos que solo a través de Él encontramos perdón y vida eterna. Capacítanos para vivir en tu gracia y compartir el amor de Cristo con los demás. Amén.
Para reflexionar:
* ¿De qué manera puedes compartir el amor y la esperanza de Cristo con los demás, sabiendo que su salvación no depende de tus propias obras?
* ¿Qué pasos concretos puedes tomar hoy para vivir una vida conforme a la voluntad de Dios?
Diaconisa Noemí Guerra
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