ALIMENTO DIARIO

  • "Empujón celestial"


  • noviembre 28, 2009
  • "Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa". Isaías 41:10"Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa". Isaías 41:10


  • Ayer, mientras estaba haciendo la fila en el banco, me puse a conversar con un soldado, que me dijo que era un paracaidista. Impresionado, debido a que le tengo miedo a las alturas, le pregunté cuántas veces había saltado. Con una sonrisa, me respondió: «Pastor, yo nunca he saltado. ¡Ni siquiera una vez! Lo que sí le puedo decir, es que me han empujado más de cuarenta veces.

    Más tarde, recapacitaba en la lección de vida que este individuo me dio. La mayoría de nosotros estaríamos contentos de quedarnos en donde estamos. Científicamente hablando, «los objetos en reposo, tienden a seguir en reposo.»

    Sin embargo, hay personas que se dedican a darnos un empujón. Nuestras mamás nos dan un empujón cuando nos enseñan modales y hábitos. Los maestros nos dan un empujón cuando nos ayudan a aprender. Los entrenadores nos dan un empujón para mejorar nuestras habilidades atléticas. Nuestros jefes nos dan un empujón cuando nos exigen que aumentemos las ventas o la producción.

    ¡Todo el mundo nos está empujando! Incluyendo el Señor. Pero antes de que te molestes con el Señor porque te empuja, recuerda que Él fue quien te creó. Él fue quien envió a su único Hijo para salvarte de tus pecados y es el único que te sigue amando, aun cuando no lo mereces.

    Si alguien tiene el derecho de darte un empujón, esa alguien es Dios. Y lo más maravilloso de esto es que el empujón que Dios te da, es para tu bien.

    Parafraseando al ejército: Dios quiere ‘que seamos todo lo que podemos ser’. De manera que, si sientes un empujón celestial, no pelees ni te enojes; de seguro es Dios empujándote para tu bien.

    ORACIÓN: Amado Señor, a través del sacrificio de tu Hijo Jesucristo soy salvo. Ya que has hecho tanto por mí, confiaré en tus codazos y empujones, aun cuando no los entienda ni los quiera. Te pido que se haga tu voluntad. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.