ALIMENTO DIARIO

  • "El poder de perdonar"


  • febrero 21, 2025
  • » A ustedes, los que me escuchan, les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, y oren por quienes los calumnian... Ustedes deben amar a sus enemigos, hacer el bien y dar prestado, sin esperar nada a cambio. Grande será entonces el galardón que recibirán, y serán hijos del Altísimo. Porque él es benigno con los ingratos y con los malvados (Lucas 6:27-28, 35).


  • ¿Cómo reaccionas cuando alguien te lastima? Lo más natural es que quieras alejarte o devolver el golpe. Pero ¿qué pasaría si pudieras responder de una manera diferente? Imagínate lo liberador que sería si, en lugar de cargar con el resentimiento o el enojo, pudieras encontrar una forma de dejarlo ir y, más aún, responder con bondad.

    Este domingo es el séptimo domingo después de la Epifanía, y recordamos que, así como el Hijo de Dios es misericordioso y perdona tus pecados, tú también puedes ser misericordioso y perdonar.

    En la lectura de hoy, Jesús te llama a algo que parece imposible. Pero Él lo vivió primero. Cuando estaba en la Cruz, sufriendo el peor de los maltratos, en lugar de condenar a sus enemigos, Él dijo: «Padre, perdónalos». Es difícil de imaginar, pero lo hizo porque te amaba, aun cuando estabas en contra de Él por tu pecado. Jesús dio su vida por ti, no porque lo merecieras, sino porque su amor es mucho más grande de lo que puedes entender.

    Ahora, cuando Jesús te pide que ames a tus enemigos o que hagas el bien a los que te odian, no te lo está pidiendo para que lo hagas solo. Él ya lo hizo por ti, y es su amor el que te capacita para intentarlo. No se trata de que tengas que ser perfecto o fuerte por tu cuenta. Sabes que vas a fallar. Pero Jesús, que murió y resucitó, te ofrece su perdón cada vez que fallas. Y más que eso, te da la fuerza para intentarlo de nuevo.

    Padre nuestro, gracias por amarnos aun cuando estábamos en enemistad contigo y por enviar a tu Hijo a mostrarnos misericordia y perdón. Ayúdanos a dejar atrás el resentimiento, tal como Cristo lo hizo en la Cruz. En el nombre de Jesús. Amén.

    Para reflexionar:
    * ¿Recuerdas un momento en el que te resultó difícil perdonar, pero encontraste fuerza en Jesús?
    * ¿De qué manera has experimentado la misericordia de Dios en situaciones donde sentiste que no podías ser misericordioso con otros?

    Diaconisa Noemí Guerra


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