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ALIMENTO DIARIO
Al llegar, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: 'Alégrense conmigo; ya encontré la oveja que se me había perdido'. Lucas 15:6bAl llegar, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: 'Alégrense conmigo; ya encontré la oveja que se me había perdido'. Lucas 15:6b
En 1972, a Harry Voelker le robaron su premiada camioneta Ford 1956.
Desde entonces, no ha dejado de pensar en ella ni ha perdido la esperanza de recuperarla.
Asiste a cuanta presentación de autos antiguos puede, con la esperanza de que aparezca, pero nunca la ha vuelto a ver. Nunca apareció.
Hasta que hace como un mes recibió una llamada de la policía de caminos de California, diciéndole que la habían encontrado. Aparentemente, estaba siendo registrada por una pareja que se la habían comprado a un pariente en Texas.
Ninguno tenía idea que la camioneta era robada, lo que no es de sorprender ya que habían pasado 38 años.
A esta altura, casi todos están contentos. Harry tiene de vuelta su amada camioneta, se ha hecho justicia, y la policía cerró un caso muy antiguo. Los que no están tan contentos son los jóvenes que la habían comprado, pues se quedaron sin camioneta y sin el dinero que habían pagado por ella.
Jesús nos cuenta la historia de un pastor que, cuando una de sus ovejas se perdió, dejó las otras 99 que tenía, y fue a buscar a la que estaba perdida. El Salvador concluye la historia diciendo que, luego de encontrarla, el feliz pastor reunió a sus amigos para que celebrar juntos que la oveja perdida había sido encontrada.
Aunque, en realidad, ese no es el final de la historia. Jesús dice: «en el cielo habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta, que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse».
Abreviando, el propósito de la parábola es ensalzar los beneficios y la necesidad del arrepentimiento. Aunque ya no sea popular decirlo en círculos religiosos, el reconocer nuestro pecado y nuestra necesidad de un Salvador es el preludio al reconocimiento y agradecimiento del Redentor.
Y verdaderamente necesitamos a un Salvador, porque cada día pecamos, oponiéndonos a los propósitos y la voluntad de Dios. Ésa es la razón por la que Jesús vino al mundo… para sacrificarse a sí mismo y ofrecer perdón a todos los que reconozcan su pecado y crean en él como el Sustituto enviado del cielo.
Dios conceda que tanto usted como yo estemos entre los arrepentidos de sus pecados.
ORACIÓN: Señor Dios, te doy gracias porque decidiste salvarme. Aun sin ningún mérito o validez en mí, sin ninguna indicación de que serías bienvenido y toda señal que no lo serías, tú viniste a este mundo a ofrecerte como mi rescate. Ayúdame a arrepentirme de todo lo que he hecho mal, y enséñame a vivir en agradecimiento. En el nombre de Jesús. Amén.