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ALIMENTO DIARIO
Romanos 10:5-10Romanos 10:5-10
El Evangelio lleva al mismo Jesús al corazón humano.
Una vez conocí a un hombre que tenía una actitud negativa ante la vida. Según él, los banqueros trabajaban con los hombres de negocios para quedarse con el dinero de la gente. Los políticos y los medios de comunicación controlaban la mayoría de los eventos en el mundo. Los deportistas ganadores estaban arreglados de antemano. La policía y los líderes militares «protegían» a quienes les pagaban mejor. Traté de hablarle acerca de Jesús. Fue como hablarle de Saturno. Y sin embargo, este hombre tenía una religión. Su religión decía que no se podía confiar en nadie, ni siquiera en Dios. Yo no estaba de acuerdo. ¿Qué se le dice a una persona así?
Conocí a otro hombre a quien le faltaba poco para morir. Su cama de hospital estaba en el medio de su sala de estar, con todos los aparatos y tubos a su alrededor. Le era muy difícil hablar. También hablé con él acerca de Jesús. Con voz muy suave me dijo: «Yo creo que Jesucristo es mi Salvador». Estuve de acuerdo con él. ¿Qué se le dice a una persona así?
Jesús nos dice: «Es con tu boca que tú confiesas y eres salvo». No es necesario hacer algo heroico, como bajar a Cristo del cielo o levantarlo de la tumba. El perdón y la vida eterna son nuestros por lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz. Cada vez que les decimos a otros lo que Jesús hizo por ellos, les podemos ofrecer el perdón y la vida eterna. Es por eso que es tan importante contestar la pregunta: «¿Qué significa Jesús para mí?»
ORACIÓN: Señor Jesús, creemos que tú eres nuestro Salvador. Ayúdanos a fortalecer nuestra fe a la vez que hablamos acerca de ti a los demás. Amén.