ALIMENTO DIARIO

  • "Rechazado"


  • septiembre 14, 2010
  • No logro conciliar el sueño; parezco ave solitaria sobre el tejado. A todas horas me ofenden mis enemigos, y hasta usan mi nombre para maldecir. Salmo 102:7-8No logro conciliar el sueño; parezco ave solitaria sobre el tejado. A todas horas me ofenden mis enemigos, y hasta usan mi nombre para maldecir. Salmo 102:7-8


  • De acuerdo a la descripción dada, uno pensaría que se trata de un monstruo. Una persona que ha visto a la bestia, dijo: «Salimos a caminar todas las mañanas alrededor de las 6:30, y este bicho siempre sale de detrás de los árboles».

    Ese ‘monstruo’ no es más que un gallo… un gallo que canta al amanecer… un gallo que a veces persigue a las personas… un gallo que, hasta ahora, ha logrado eludir a la policía.

    Nadie sabe cómo llegó hasta allí. Por los alrededores no hay granjas, así es que lo único que le ocurre a los vecinos es que alguien no lo haya querido más, y por eso lo haya dejado en el parque.

    Al igual que el ‘ave solitaria’ del texto para hoy, el gallo también está solo. Su dueño lo abandonó, y sus nuevos vecinos no quieren saber nada de él. Es por ello que están tratando de cazarlo y mandarlo a un lugar seguro.

    Es muy probable que en algún momento de nuestras vidas, nosotros también nos hayamos sentido rechazados, solos, como que a nadie le importamos.

    Si ese es su caso, quiero decirle que a Dios siempre le importamos, y que él siempre se ocupa de nosotros. Para que nunca estuviéramos solos, y para que pudiéramos ser perdonados y salvados, Dios envió a su Hijo Jesús a nuestro mundo. Siendo verdadero hombre y verdadero Dios, Jesús dedicó toda su vida a nuestra salvación.

    Es cierto que quizás a algunas personas no les importemos mucho. Pero Jesús nos ama.

    ORACIÓN: Señor Jesús, te doy gracias por amarme y por dar tu vida por mí. Enséñame a reflejar siempre a los demás el gran amor que tú me tienes. En tu nombre. Amén.