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ALIMENTO DIARIO
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro… para que ya no seamos niños, zarandeados por las olas y llevados a la deriva por todo viento de doctrina… sino que aferrándonos a la verdad en amor, crezcamos en todo hacia aquel que es la cabeza, esto es, Cristo. (Efesios 4:13-15 RVR1977)
Entonces él me dijo: «Éstos han salido de la gran tribulación. Son los que han lavado y emblanquecido sus ropas en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios, y le rinden culto en su templo de día y de noche; y el que está sentado en el trono los protege con su presencia. No volverán a tener hambre ni sed, ni les hará daño el sol ni el calor los molestará, porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los llevará a fuentes de agua de vida, y Dios mismo secará de sus ojos toda lágrima» (Apocalipsis 7:14b-17).
Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y dicen: ‘¡Demonio tiene!’ Y vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: ‘¡He aquí un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores!’. Pero la sabiduría es justificada por sus hechos» (Mateo 11:18-19 RVA-2015)
No tomarás en vano el nombre del Señor tu Dios, porque yo, el Señor, no consideraré inocente al que tome en vano mi nombre (Éxodo 20:7).
…santificado sea tu nombre (Mateo 6:9c).
Oren en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu (Efesios 6:18).
Arrojando su capa, el ciego dio un salto y se acercó a Jesús, y Jesús le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?» El ciego le respondió: «Maestro, quiero recobrar la vista.» Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado.» Y enseguida el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús en el camino (Marcos 10:50-52).
Desechen todo lo que sea amargura, enojo, ira, gritería, calumnias, y todo tipo de maldad. En vez de eso, sean bondadosos y misericordiosos, y perdónense unos a otros, así como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo (Efesios 4:31-32).
Y le dijo: «Todo esto te daré, si te arrodillas delante de mí y me adoras.» Entonces Jesús le dijo: «Vete, Satanás, porque escrito está: ‘Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás'» (Mateo 4:9-10).
El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay, es el Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos hechos por manos humanas (Hechos 17:24).