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ALIMENTO DIARIO
Den gracias a Dios en todo, porque ésta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús (1 Tesalonicenses 5:18).
Pero una cosa les digo, hermanos: ni la carne ni la sangre pueden heredar el reino de Dios, y tampoco la corrupción puede heredar la incorrupción. Presten atención, que les voy a contar un misterio: No todos moriremos, pero todos seremos transformados en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene la trompeta final. Pues la trompeta sonará, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que lo corruptible se vista de incorrupción, y lo mortal se vista de inmortalidad (1 Corintios 15:50-53).
Aunque deba yo pasar por el valle más sombrío, no temo sufrir daño alguno, porque tú estás conmigo; con tu vara de pastor me infundes nuevo aliento (Salmo 23:4).
Sean prudentes y manténganse atentos, porque su enemigo es el diablo, y él anda como un león rugiente, buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8).
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. »En cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo. Sólo el Padre lo sabe. Pero ustedes, presten atención y manténganse atentos, porque no saben cuándo llegará el momento… Esto que les digo a ustedes, se lo digo a todos: ¡Manténganse despiertos!» (Marcos 13:31-33, 37).
…Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Juan 10:10b).
[Dios] quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen a conocer la verdad (1 Timoteo 2:4).
… Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo (Mateo 6:10b).
En el pasado, Dios permitió que la gente anduviera por sus propios caminos, aunque no dejó de manifestar su poder al enviarnos toda clase de bienes, pues del cielo nos viene la lluvia, que hace fructificar la tierra para nuestro sustento y alegría» (Hechos 14:16-17).
Jesús salía del templo cuando uno de sus discípulos le dijo: «Maestro, ¡mira qué piedras! ¡Qué edificios!» Jesús le dijo: «¿Ves estos grandes edificios? Pues no va a quedar piedra sobre piedra. Todo será derribado» (Marcos 13:1-2).