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ALIMENTO DIARIO
Por tanto, acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para cuando necesitemos ayuda (Hebreos 4:16).
… «Hijos, ÂĄquĂ© difĂcil es entrar en el reino de Dios! Es mĂĄs fĂĄcil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que un rico entre en el reino de Dios». Ellos se asombraron aĂșn mĂĄs, y se preguntaban unos a otros: «Entonces, ÂżquiĂ©n podrĂĄ salvarse?» (Marcos 10:24-26).
AsĂ que, todo lo que quieran que la gente haga con ustedes, eso mismo hagan ustedes con ellos, porque en esto se resumen la ley y los profetas (Mateo 7:12).
Por eso, ustedes deben orar asĂ: «Padre nuestro, que estĂĄs en los cielos» (Mateo 6:9a).
Finalmente, recapacitĂł y dijo: «¥CuĂĄntos jornaleros en la casa de mi padre tienen pan en abundancia, y yo aquĂ me estoy muriendo de hambre! Pero voy a levantarme, e irĂ© con mi padre, y le dirĂ©: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y no soy digno ya de ser llamado tu hijo; ÂĄhazme como a uno de tus jornaleros!'» Y asĂ, se levantĂł y regresĂł con su padre. TodavĂa estaba lejos cuando su padre lo vio y tuvo compasiĂłn de Ă©l. CorriĂł entonces, se echĂł sobre su cuello, y lo besĂł (Lucas 15:17-20).
Cuando ustedes oren, no sean repetitivos, como los paganos, que piensan que por hablar mucho serĂĄn escuchados. No sean como ellos, porque su Padre ya sabe de lo que ustedes tienen necesidad, antes de que ustedes le pidan. Por eso, ustedes deben orar asĂ: «Padre nuestro, que estĂĄs en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. HĂĄgase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada dĂa, dĂĄnoslo hoy. PerdĂłnanos nuestras deudas, como tambiĂ©n nosotros perdonamos a nuestros deudores. No nos metas en tentaciĂłn, sino lĂbranos del mal.» [Porque tuyo es el reino, el poder, y la gloria, por todos los siglos. AmĂ©n] (Mateo 6:7-13).
… un hombre llegĂł corriendo… y le preguntĂł: «Maestro bueno, ÂżquĂ© debo hacer para heredar la vida eterna?» JesĂșs le dijo: «¿Por quĂ© me llamas bueno? No hay nadie que sea bueno, sino sĂłlo Dios. Ya conoces los mandamientos… Aquel hombre le respondiĂł: «Maestro, todo esto lo he cumplido desde mi juventud.» JesĂșs lo mirĂł y, con mucho amor, le dijo: «Una cosa te falta: anda y vende todo lo que tienes, y dĂĄselo a los pobres … DespuĂ©s de eso, ven y sĂgueme.» Cuando aquel hombre oyĂł eso, se afligiĂł y se fue triste, porque tenĂa muchas posesiones (Marcos 10:17-22).
Por lo demĂĄs, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello alguna virtud, si hay algo que admirar, piensen en ello (Filipenses 4:8)
Oren sin cesar. Den gracias a Dios en todo, porque Ă©sta es su voluntad para ustedes en Cristo JesĂșs (1 Tesalonicenses 5:17-18).
… tres veces le he rogado al Señor que me lo quite, pero Ă©l me ha dicho: «Con mi gracia tienes mĂĄs que suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por eso, con mucho gusto habrĂ© de jactarme en mis debilidades, para que el poder de Cristo repose en mĂ (2 Corintios 12:8-9).