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ALIMENTO DIARIO
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que habrán de venir (Juan 16:13).
Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar (Mateo 11:28).
Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos (2 Corintios 5:15).
Jesús les dijo: «Vayan a ver cuántos panes tienen ustedes.» Cuando lo averiguaron, le dijeron: «Tenemos cinco panes y dos pescados»… Jesús tomó entonces los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a sus discípulos para que los repartieran entre la gente, y también repartió entre todos los dos pescados. Todos comieron y quedaron satisfechos, y con lo que sobró del pan y los pescados llenaron doce cestas. Los que comieron fueron como cinco mil hombres (Marcos 6:38, 41-44).
Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, pero no apresurarse para hablar ni para enojarse; pues el enojo de una persona no produce la vida justa que Dios quiere (Santiago 1:19-20 NVI).
Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios el Padre (Filipenses 2:9-11).
Que haya en ustedes el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús, quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo y tomó forma de siervo, y se hizo semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (Filipenses 2:5-8).
Pero Dios muestra su amor por nosotros en que, cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8).
Como la fama de Jesús había llegado a ser muy notoria, el rey Herodes supo acerca de él y dijo: «¡Juan el Bautista ha resucitado de los muertos! ¡Por eso operan en él estos poderes!»… Cuando Herodes oyó esto, dijo: «Éste es Juan, al que yo mandé que le cortaran la cabeza. ¡Ahora ha resucitado de los muertos!»… Juan le había dicho a Herodes: «No te es lícito tener a la mujer de tu hermano» (Marcos 6:14, 16, 18).
Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no como para la gente (Colosenses 3:23).