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ALIMENTO DIARIO
En esa misma región había pastores que pasaban la noche en el campo cuidando a sus rebaños. Allí un ángel del Señor se les apareció, y el resplandor de la gloria del Señor los envolvió. Ellos se llenaron de temor, pero el ángel les dijo: «No teman, que les traigo una buena noticia, que será para todo el pueblo motivo de mucha alegría (Lucas 2:8-10).
Y allí tuvo a su hijo primogénito; y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en ese albergue (Lucas 2:7).
Y mientras ellos se encontraban allí, se cumplió el tiempo de que ella diera a luz, y allí tuvo a su hijo primogénito; y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre (Lucas 2:6-7a).
Por esos días, Augusto César promulgó un edicto en el que ordenaba levantar un censo de todo el mundo … por lo que todos debían ir a su propio pueblo para inscribirse. Como José era descendiente de David y vivía en Nazaret, que era una ciudad de Galilea, tuvo que ir a Belén, la ciudad de David, que estaba en Judea, para inscribirse junto con María, que estaba desposada con él y se hallaba encinta (Lucas 2:1, 3-5).
Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer, pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito. Y le puso por nombre JESÚS (Mateo 1:24-25).
«María tendrá un hijo, a quien pondrás por nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor dijo por medio del profeta: «Una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Emanuel, que significa: «Dios está con nosotros»» (Mateo 1:21-23).
Mientras José reflexionaba al respecto, un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu mujer, porque su hijo ha sido concebido por el Espíritu Santo» (Mateo 1:20).
José, su marido, era un hombre justo y quiso dejarla secretamente, pues no quería denigrarla (Mateo 1:19).
María, la madre de Jesús, estaba comprometida con José, pero antes de unirse como esposos se encontró que ella había concebido del Espíritu Santo. (Mateo 1:18b)
Lleno del Espíritu Santo, Zacarías, su padre, profetizó: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido a redimir a su pueblo… Y a ti, niño, te llamarán «Profeta del Altísimo», porque irás precediendo al Señor para preparar sus caminos. Darás a conocer a su pueblo la salvación y el perdón de sus pecados, por la entrañable misericordia de nuestro Dios. La aurora nos visitó desde lo alto, para alumbrar a los que viven en tinieblas y en medio de sombras de muerte; para encaminarnos por la senda de la paz (Lucas 1:67-68 y 76-79).