ALIMENTO DIARIO

  • "Aférrate como un bebé"


  • octubre 14, 2022
  • De modo que Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta la salida del sol... El hombre dijo: «Déjame ir, porque ya está saliendo el sol.» Pero Jacob le respondió: «No te dejaré ir, si no me bendices. ...Y el hombre dijo: «Tu nombre ya no será Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.» Y lo bendijo allí. Génesis 32:24, 26, 28, 29bDe modo que Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta la salida del sol... El hombre dijo: «Déjame ir, porque ya está saliendo el sol.» Pero Jacob le respondió: «No te dejaré ir, si no me bendices. ...Y el hombre dijo: «Tu nombre ya no será Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.» Y lo bendijo allí. Génesis 32:24, 26, 28, 29b


  • Los bebés recién nacidos no pueden hacer mucho. Básicamente comen, duermen y ensucian sus pañales. Pero hay algo impresionante que pueden hacer: pueden aferrarse al dedo de sus mamás (o a cualquier dedo) tan fuertemente, que hay que levantar dedito por dedito para poder zafarse de semejante aprieto.

    Algo así hizo Jacob. Él luchó y se aferró con todas sus fuerzas a Dios hasta que recibió un nombre nuevo y una bendición. Su fe se aferró a las palabras y promesas de Dios y perseveró luchando.

    Nosotros también luchamos con Dios en nuestra desesperación. Y Él nos bendice por su amor y gracia. Jesús nos enseña a aferrarnos como Jacob orando sin desanimarnos, y usa el ejemplo de un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres y de una viuda que le pedía justicia contra su adversario (Lucas 18:2-3). Como la viuda persistía y se aferraba a su petición, el juez le hizo justicia (Lucas 18:5).

    Dios permite que soportemos pruebas, tentaciones y sufrimientos, que llevemos nuestra cruz. Pero no es para destruirnos, sino para fortalecernos y bendecirnos. Y nuestra fe se aferra a la Palabra de Dios de misericordia y amor en Jesús. Dios siempre hace justicia «a sus elegidos, que día y noche claman a él» (Lucas 18:7).

    ORACIÓN: Señor, por medio de la fe, en la lucha de la cruz, aprendo a reconocerte y a sentirte. Recuérdame que en mi Bautismo me prometiste ser mi Dios. Escucha mi oración persistente que se aferra a ti y haz tu voluntad en mí.

    Para reflexionar:

    * ¿Qué sientes cuando un bebé se aferra con fuerza de un dedo tuyo?
    * Piensa en alguna oración que has soltado y retómala, aferrándote a las promesas de la Palabra de Dios.

    Diaconisa Noemí Guerra


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