ALIMENTO DIARIO

  • "Amor fiel"


  • marzo 16, 2025
  • ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que son enviados a ti! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como junta la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste! (Lucas 13:34).


  • No faltan versos de desamor en la literatura en español. En su poesía veinte (XX) de sus Veinte poemas de amor, el poeta chileno Pablo Neruda nos habla del amor que una vez existió entre dos amantes. Fue un amor mutuo, pero también un amor corto. El amante trató de preservar a su amada, pero al fin la perdió. Reza el poeta la intención frustrada del amante: «. . . Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo».

    La narrativa bíblica describe la relación entre Dios y su pueblo Israel como el amor de un esposo fiel por su esposa infiel. A pesar del rechazo de su esposa, de su infidelidad con otros dioses, Dios no se contenta con perderla, sino que la busca.

    Dios también es como la madre que no deja de amar a su hijo infiel aunque éste la olvide (Isaías 49:15). Por eso, durante toda su historia, Dios envía profetas a Israel, su hijo infiel, para llamarlo al arrepentimiento y que se vuelva a Él. Finalmente, envía a su propio Hijo a su pueblo para morir por sus pecados. Pero el pueblo lo rechaza como lo hicieron con los profetas: «¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que son enviados a ti! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como junta la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!» (v. 34).

    A pesar de nuestra infidelidad, el amor de Dios es fiel. Su incansable amor se ha manifestado en la persona y obra de su Siervo Jesús, quien va a Jerusalén a morir en la cruz para cargar sobre sí nuestros pecados. Todos los que ponen su fe en el enviado de Dios son amados, protegidos y salvos por Él como polluelos debajo de las alas de su madre la gallina.

    Amado Padre, gracias por tu fidelidad y por la fidelidad de tu Hijo Jesús. Amén.

    Para reflexionar:
    * ¿Qué rechazos has experimentado en tu vida?
    * ¿De qué formas ha manifestado Dios su fidelidad en tu vida?

    Profesor Leopoldo Sánchez


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