ALIMENTO DIARIO

  • "Amor que transforma"


  • febrero 4, 2025
  • El amor es paciente y bondadoso; no es envidioso ni jactancioso, no se envanece; no hace nada impropio; no es egoísta ni se irrita; no es rencoroso (1 Corintios 13:4-5).


  • Llegó febrero. ¡Hablemos de amor! Qué manera tan maravillosa y perfecta de amar nos muestra este pasaje. Y sería lo máximo si pudiéramos lograrlo. Este pasaje nos habla del amor verdadero y perfecto. Pero ¡todos los humanos nos impacientamos, nos irritamos, y a veces guardamos rencor!

    Es que este amor del que habla Pablo no es algo que podamos producir por nuestra cuenta. Es el amor que Jesús vivió y que nos mostró, un amor que se ve perfectamente en su vida y en lo que hizo por nosotros.

    Pero ¿perdón significa que debo «perdonar y olvidar»? No. El perdón no significa olvidar los males pasados. En la quinta petición del Padrenuestro «le pedimos a nuestro Padre celestial que nos libere de la ira y el resentimiento que pueden acompañar a esos recuerdos. Nosotros los entregamos en sus manos misericordiosas y confiamos en que Él los sanará con el tiempo».

    Pablo estaba escribiendo a una iglesia llena de problemas: había divisiones, envidias y muchas discusiones. Él les recuerda que, sin amor, nada de lo que hagan tiene sentido. Pero, en lugar de enfocarse en lo que ellos podían hacer, Pablo estaba apuntando a alguien mucho más grande: a Jesús. Jesús es quien amó perfectamente. Él fue paciente, bondadoso y jamás buscó lo suyo. De hecho, lo demostró en la Cruz, entregándose por nosotros.

    Así que, el perdón no significa que debamos olvidar el daño que nos hicieron. Tampoco que lo estamos minimizando o excusando. Significa que le entregamos ese dolor y resentimiento a Dios, capacitados por su Espíritu. Y Él nos transforma y libera para amarlo a Él, así como a los demás.

    Padre nuestro, perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Gracias porque tu amor es paciente y bondadoso; no es envidioso ni jactancioso, no se envanece; no hace nada impropio; no es egoísta ni se irrita; no es rencoroso. Sabemos que no siempre amamos como deberíamos, pero te pedimos que nos sigas transformando. Ayúdanos a perdonar como tú nos has perdonado, y a amar como tú nos has amado. Amén.

    Para reflexionar:
    * ¿En qué áreas de tu vida necesitas entregar a Dios tu dolor y resentimiento, confiando en que Él te dará la paz y sanidad que necesitas?
    * ¿Cómo puedes reflejar el amor y perdón de Cristo en tus relaciones, sabiendo que Él te perdona y te capacita cada día?

    Diaconisa Noemí Guerra


    © Copyright 2025 Cristo Para Todas Las Naciones