+1 800 972-5442 (en español)
+1 800 876-9880 (en inglés)
ALIMENTO DIARIO
Cuando Jesús alzó la vista y vio que una gran multitud se acercaba a él, le dijo a Felipe: "¿Dónde compraremos pan, para que éstos coman?" Pero decía esto para ponerlo a prueba, pues él ya sabía lo que estaba por hacer (Juan 6:5-6).
Así actúa Jesús. ¡Qué maravilloso! ¿No te parece emocionante saber que los retos que enfrentas no son obstáculos para derrotarte, sino oportunidades para conquistar cosas grandes? Cuando nuestro primer hijo tenía un año, estaba aprendiendo a caminar. Un día le pedí que fuera a botar su pañal en la basura, no porque necesitara que lo hiciera, sino para ver si podía lograrlo. Con sorpresa y orgullo, lo hizo, y yo saltaba de alegría celebrando su gran logro. No era una prueba para hacerlo fallar, sino para que creciera.
De la misma manera, Dios no te tienta ni te pone barreras para hacerte caer. Cada desafío es una oportunidad para que crezcas, para que descubras lo que puedes hacer con su ayuda. En cada reto, Dios te está preparando para conquistar nuevas alturas, fortaleciendo tu fe y revelando todo el potencial que ha puesto en ti.
En la lectura de hoy, vemos a Jesús haciendo una pregunta a Felipe. Jesús ya sabía lo que iba a hacer, pero usó esa pregunta para fortalecer la fe de Felipe, para recordarle que Él tiene el poder de proveer más allá de tus capacidades.
Entonces, ¿alguna vez Dios nos tienta? No. Dios nunca nos tienta para que pequemos, sino para que, con su ayuda, conquistemos grandes cosas como botar nuestro pañal de pecado a la basura gracias a su perdón. Y lo mejor es que Cristo ha cumplido cada prueba a la perfección. Él no solo alimentó a la multitud, sino que también alimenta tu alma diariamente con su Palabra.
Así que, cuando enfrentes un reto, recuerda que Cristo ya ganó la victoria por ti. Él te perdona cuando fallas, te sostiene cuando caes y te capacita para superar cada reto con su poder. Entrégale tus miedos y dudas, porque cuando no puedas más, Él se hace fuerte en ti.
Padre nuestro, no nos dejes caer en la tentación. Te pedimos que nos sigas fortaleciendo y alimentando con tu gracia para seguir conquistando retos. Amén.
Para reflexionar:
* Piensa en una ocasión en la que fallaste o caíste. ¿Cómo experimentaste el perdón y la gracia de Cristo en ese momento?
* ¿Recuerdas una situación en la que, como con Felipe, Dios te mostró que su provisión iba más allá de lo que podías imaginar?
Diaconisa Noemí Guerra
© Copyright 2025 Cristo Para Todas Las Naciones