ALIMENTO DIARIO

  • "Detenido"


  • junio 28, 2008
  • Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte. Efesios 2:8-9Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte. Efesios 2:8-9


  • La mujer iba manejando muy tranquilamente cuando el patrullero encendió sus luces y sirena, y le hizo señas de que parara al costado del camino.

    La sorpresa de ser detenida por un policía fue aún mayor cuando apareció un hombre con una cámara y sacó una foto del oficial dándole una flor. El oficial le dijo: «Felicitaciones, usted es la primer mujer que recibe una orquídea en la Semana de Conducir con Cuidado. La hemos estado siguiendo por algún tiempo, y queremos felicitarla por cumplir con las leyes de tráfico».

    En la foto que apareció en el periódico del día siguiente la mujer lucía nerviosa, lo cual no me sorprende para nada, ya que estaba conduciendo con la licencia vencida.

    La mayoría de nosotros somos como esa mujer. Cuando tomamos conciencia de las cosas que hemos hecho mal, esperamos que en cualquier momento Dios nos detenga y nos dé un buen rezongo. Qué sorpresa nos llevamos cuando Dios nos detiene pero, en vez de castigarnos por nuestros errores, nos ofrece un regalo: el regalo de salvación a través del sacrificio y resurrección de su Hijo.

    Si en algún momento de su vida Dios lo ha detenido y le ha mostrado su gracia, me alegro mucho por usted. Pero hay muchos que aún no han tenido ese contacto con el Cristo. Quizás hasta haya alguien en su vida, alguien especial, que necesite que el Señor lo detenga y le muestre a su Salvador.

    Hoy rezamos por ese alguien especial. Pidamos al Señor que le detenga, para que pueda ver el regalo que Dios le ofrece en amor.

    De una devoción escrita originalmente para «By the Way»

    ORACIÓN: Querido Señor, traigo ante ti a alguien muy especial para mí. Te pido que le detengas en su camino y lo toques con tu gracia infinita, para que pueda ver la profundidad de tu amor y el valor espiritual del sacrificio de tu Hijo. En el nombre de Jesús. Amén.