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ALIMENTO DIARIO
Si me elevara sobre las alas del alba, o me estableciera en los extremos del mar, aun allí tu mano me guiaría, ¡me sostendría tu mano derecha! Y si dijera: «Que me oculten las tinieblas; que la luz se haga noche en torno mío», ni las tinieblas serían oscuras para ti, y aun la noche sería clara como el día. ¡Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz! Salmo 139:9-12Si me elevara sobre las alas del alba, o me estableciera en los extremos del mar, aun allí tu mano me guiaría, ¡me sostendría tu mano derecha! Y si dijera: «Que me oculten las tinieblas; que la luz se haga noche en torno mío», ni las tinieblas serían oscuras para ti, y aun la noche sería clara como el día. ¡Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz! Salmo 139:9-12
Para los lectores más jóvenes de estas Devociones Diarias, quizás el nombre «Amelia Earhart» no les diga nada, por lo que voy a explicar quién era.
Amelia Earhart era una hermosa y joven mujer quien, allá por 1930, rompió numerosos récords de aviación. En su último viaje, en el cual intentaba ser la primera mujer en volar alrededor del mundo, ella, junto con su navegante, desaparecieron en algún lugar del Océano Pacífico.
Muchas historias sobre mensajes de Amelia pidiendo ayuda han circulado desde su desaparición, pero hasta ahora ninguna huella de ella ha sido encontrada. Por el momento, investigadores del Grupo Internacional Para la Recuperación Histórica de Aviones (Tighar) dicen que este año podrían tener pruebas de ADN comprobando que Amelia murió en la Isla de Nikumaroro, en el Pacífico.
Un portavoz de la organización dijo: ‘hemos encontrado «lo que se describe mejor como efectos personales de un náufrago que murió allí». Los efectos personales de una mujer… efectos personales que han sido fechados aproximadamente a la época en que Amelia desapareció. Si esto llega a comprobarse, se terminará uno de los grandes misterios del siglo pasado.
Por supuesto, aunque nosotros no sepamos lo que sucedió con Amelia Earhart, Dios ciertamente sí lo sabe, pues Él nunca le perdió el rastro, y ella nunca desapareció de su «radar».
Para los cristianos esto es un pensamiento alentador. La vida puede ser difícil; en cualquier momento podemos sentirnos solos, perdidos, desamparados, abandonados, u olvidados. Pero en esos momentos tenemos la seguridad de que la mano del Señor nos sostendrá. En esos momentos de oscuridad, él está con nosotros.
El Señor está con nosotros trayendo consigo la luz de Jesucristo, nuestro Salvador, quien se entregó a la muerte para que nosotros tengamos vida. En él siempre hay vida, esperanza y luz.
ORACIÓN: Amado Jesús, en un mundo donde la soledad y la oscuridad parecen rodearnos, necesitamos sentir la seguridad de que no estamos solos. Permíteme ver claramente tu sacrificio; permite que me sea dada la seguridad de tu presencia. Te pido que me concedas una medida extra del Espíritu Santo. En tu nombre te lo ruego. Amén.