"El burro de la paz"

Domingo de Ramos

[Jesús] les dijo a dos de sus discípulos: «Vayan a la aldea que está ante ustedes. Al entrar en ella, van a encontrar atado un burrito, sobre el cual nadie se ha montado. Desátenlo y tráiganlo aquí... Se lo llevaron a Jesús, echaron sus mantos sobre el burrito, e hicieron montar a Jesús. Conforme Jesús avanzaba, la multitud tendía sus mantos por el camino (Lucas 19:29b-30, 35-36).

En la vida de Jesús pocas veces se mencionan animales. En su nacimiento siempre rodeamos al pesebre con muchos animales, aunque ningún evangelista menciona siquiera uno. Jesús mencionó algunos, pero nunca habló de caballos, porque los caballos eran animales de guerra y él es el Príncipe de Paz. Jesús ya está listo para su gran entrada a la ciudad que será el lugar del juicio y la condena, el principio de sus dolores y el principio de nuestra paz eterna.

Jesús entra montado en un burro. Los nobles de Israel, entre ellos el Rey David, montaban burros. Solo montaban caballos para ir a la guerra, para atacar con violencia y conquistar por la fuerza, pero ese no es el modelo de Jesús. Un burro es mucho más apropiado. Jesús no atacará a los enemigos de la raza humana por la fuerza. No arrancará el pecado de nuestro corazón a los manotazos ni vencerá al diablo en una lucha armada. En todo caso, las armas de Jesús fueron la sumisión y la obediencia perfecta de hacer la voluntad de su Padre celestial.

Jesús entra en Jerusalén montado en un burrito llevando paz. No alborotó a la gente ni armó una insurrección, aunque muchos esperaban alguna estrategia parecida a la de la guerra. La estrategia de Jesús es la humildad, el motor de Jesús es el amor, y la gracia es su motivación.

Gracias, Padre, porque proveíste todo lo necesario para que Jesús fuera nuestro rey humilde y victorioso. Amén.

Para reflexionar:
* Dios en un burro, Dios durmiendo en el comedero de los animales, Dios colgado de una cruz. ¿Qué clase de Dios es este? ¿Cómo lo defines?
* Dios entra en nuestra vida para destruir a nuestros enemigos. ¿Qué enemigos necesita Dios destruir en tu vida?

Rev. Héctor Hoppe

© Copyright 2025 Cristo Para Todas Las Naciones