ALIMENTO DIARIO

  • "¡El matrimonio perfecto!"


  • octubre 4, 2024
  • Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán un solo ser. Y aunque Adán y su mujer andaban desnudos, no se avergonzaban de andar así (Génesis 2:24-25).


  • Aquí vemos al primer matrimonio de la historia, un matrimonio perfecto: el de Adán y Eva. Están desnudos y sin vergüenza, con una total vulnerabilidad y transparencia. No hay secretos, no hay barreras, solo un conocimiento pleno y amoroso entre ellos.

    ¿Te suena a tu matrimonio? Al mío no. Es hermoso, sí, pero perfecto, no. Y es que desde que el pecado entró a la humanidad, ya nada es perfecto.

    Pero, este domingo es el vigésimo domingo después de Pentecostés y recordamos que el matrimonio es una señal que manifiesta el Evangelio de Cristo y de su Iglesia.

    La lectura de hoy es una declaración universal sobre la esencia del matrimonio para toda la humanidad: una unión tan profunda y significativa que dos personas se convierten en una sola carne.

    Jesús nos muestra que el matrimonio es una imagen de su relación con la Iglesia. Él se une con su Iglesia, amándola, protegiéndola y dándose a sí mismo por ella. ¡El matrimonio perfecto!

    Jesús nos llama a vivir en amor y unidad con nuestras parejas. Nos invita a ser transparentes y vulnerables, a construir relaciones basadas en la confianza y el conocimiento mutuo.

    Pero seamos honestos, ¡eso no es fácil! Muchas veces, nuestras debilidades y pecados crean barreras y vergüenza. Sin embargo, allí es donde entra el poder de Jesús.

    Está bien si tu matrimonio no es perfecto (y no estoy hablando aquí de violencia doméstica. Eso no es solamente un pecado sino también un delito).

    Jesús cumplió este pasaje a través de su perfecta unión con la Iglesia, y también nos capacita para vivirlo a través de sus medios de gracia. Por la Palabra, el Bautismo y la Santa Cena, recibimos la fuerza y la gracia necesarias para amar y perdonar las imperfecciones de nuestro matrimonio, para superar nuestras fallas y seguir adelante.

    Padre nuestro, gracias por enviar a Cristo para amarnos y unirnos a Él como su Iglesia. Capacítanos con tus medios de gracia para reflejar ese amor en nuestros matrimonios y perdónanos cuando fallamos. Amén.

    Para reflexionar:
    * ¿De qué manera puedes hacer uso de los medios de gracia para fortalecer tu relación de pareja?
    * Cuando enfrentas desafíos en tu matrimonio, ¿cómo puedes recurrir al perdón y la gracia de Jesús para sanar y renovar tu relación?

    Diaconisa Noemí Guerra


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