ALIMENTO DIARIO

  • "El pecado que mora en mí"


  • noviembre 30, 2023
  • Sabemos que la ley es espiritual. Pero yo soy un simple ser carnal, que ha sido vendido como esclavo al pecado. No entiendo qué me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco. Yo sé que en mí, esto es, en mi naturaleza humana, no habita el bien; porque el desear el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Entonces, aunque quiero hacer el bien, descubro esta ley: que el mal está en mí. Porque, según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero encuentro que hay otra ley en mis miembros, la cual se rebela contra la ley de mi mente y me tiene cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Doy gracias a Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que yo mismo, con la mente, sirvo a la ley de Dios, pero con la naturaleza humana sirvo a la ley del pecado (Romanos 7:14-15,18-19, 21-25).Sabemos que la ley es espiritual. Pero yo soy un simple ser carnal, que ha sido vendido como esclavo al pecado. No entiendo qué me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco. Yo sé que en mí, esto es, en mi naturaleza humana, no habita el bien; porque el desear el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Entonces, aunque quiero hacer el bien, descubro esta ley: que el mal está en mí. Porque, según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero encuentro que hay otra ley en mis miembros, la cual se rebela contra la ley de mi mente y me tiene cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Doy gracias a Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que yo mismo, con la mente, sirvo a la ley de Dios, pero con la naturaleza humana sirvo a la ley del pecado (Romanos 7:14-15,18-19, 21-25).


  • La batalla contra el pecado es algo que enfrentamos todos los días. Sabemos lo que Dios quiere de nosotros y queremos hacer su voluntad, pero a pesar de nuestros esfuerzos, fallamos una y otra vez.

    ¿Cómo podemos liberarnos de este ciclo de autodestrucción? La respuesta es hermosa: «Doy gracias a Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo». Jesús es nuestra redención. Aunque el pecado mora en nosotros, Dios sigue perdonándonos y renovándonos cada día cuando morimos al viejo hombre en arrepentimiento.

    Señor, soy un simple ser carnal. No entiendo qué me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco. Aunque quiero hacer el bien, descubro esta ley: que el mal está en mí. Hoy clamo a ti, ¡miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Líbrame por mi Señor Jesucristo del pecado que vive en mí. Amén.

    Para reflexionar:
    * ¿Con cuál pecado estás luchando el día de hoy? Llévaselo a Cristo.
    * ¿Con quién puedes compartir el día de hoy que nuestro Señor Jesucristo nos libra, nos perdona y lucha con nosotros y por nosotros contra el pecado que mora en nosotros?

    Diaconisa Noemí Guerra


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