"El viñedo de esperanza"

Domingo de Ramos

Pues irá y matará a esos labradores, y dará su viña a otros.» Al oír esto, la gente exclamó: «¡Dios nos libre!» Pero Jesús los miró fijamente y les dijo: «¿Qué significa esta escritura que dice: »"La piedra que desecharon los constructores ha venido a ser la piedra angular?" Todo el que caiga sobre esa piedra, se hará pedazos; y si ella cae sobre alguien, lo aplastará por completo.» (Lucas 20:16-18).

Había una vez un viñedo hermoso que pertenecía a un hombre sabio. No era un viñedo común, sino que era el corazón mismo de una nación: Israel. El dueño confió su viñedo a unos arrendatarios, líderes religiosos que debían cuidarlo y cultivarlo con esmero, hasta que él regresara. Periódicamente el dueño enviaba a sus siervos para inspeccionar el viñedo. Los siervos eran portadores de advertencias y palabras de amor, pero los arrendatarios no los recibían con alegría, sino que los maltrataban, los despreciaban y, en algunos casos, los mataban.

Aun así, el dueño era paciente y misericordioso. En su amor decidió enviar más siervos, profetas que clamaban en el desierto, que proclamaban justicia y los llamaban al arrepentimiento. Pero los arrendatarios persistieron en su rechazo. Con su corazón endurecido no quisieron escucharlos. Así que, poco a poco, el viñedo se marchitó y el corazón del dueño se entristeció. Entonces, en un momento crucial, el dueño tomo una decisión audaz. Enviaría a su Hijo amado. Este Hijo, era Jesús. El dueño esperaba que lo recibieran con los brazos abiertos. Pero los líderes religiosos, como los arrendatarios, tenían otros planes. Por miedo a perder su posición y poder, conspiraron contra él. Lo rechazaron, lo insultaron y finalmente lo mataron. Aquel día gris Jesús, el Hijo amado, murió por aquellos que lo rechazaron.

Pero esta no es solo una historia de rechazo. Es también una historia de esperanza. Porque Jesús, como la piedra angular, se convirtió en la base de la fe cristiana. Su sacrificio y resurrección abrieron un camino para la reconciliación entre Dios y la humanidad. A través de él, todos nosotros, como ramas de la vid, podemos encontrar vida y salvación.

Querido Señor, ayúdame a permanecer fiel a ti. Amén.

Para reflexionar:
* ¿Estarías dispuesto a soportar el rechazo por el evangelio?
* ¿A qué persona te está llamando Dios a compartir su evangelio?

Sr. Cristian Morales

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