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ALIMENTO DIARIO
Se acercaba el tiempo en que Jesús había de ser recibido arriba, así que resolvió con firmeza dirigirse a Jerusalén. Envió mensajeros delante de él, y ellos se fueron y entraron en una aldea samaritana para prepararle todo; pero los de allí no lo recibieron porque se dieron cuenta de que su intención era ir a Jerusalén. Al ver esto, sus discípulos Jacobo y Juan dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos que caiga fuego del cielo, como hizo Elías, para que los destruya?» Pero Jesús se volvió y los reprendió. Y les dijo: «Ustedes no saben de qué espíritu son. Porque el Hijo del Hombre no ha venido a quitarle la vida a nadie, sino a salvársela.» Y se fueron a otra aldea (Lucas 9:51-56).
El pecado transforma a prójimos en enemigos. En el sermón del monte, Jesús les enseña a sus discípulos a amar a sus enemigos, diciendo: «Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, y oren por quienes los calumnian» (Lucas 6:27b-28). Sin embargo, la actitud inhumana de los discípulos hacia los samaritanos, quienes eran considerados por los judíos como enemigos, muestra que la enseñanza de Jesús les había entrado por un oído y salido por el otro.
Cuando Jesús iba camino a Jerusalén para enfrentar la muerte, decidió enviar a sus discípulos a una aldea samaritana para tener un lugar transitorio de preparación antes de llegar a la gran ciudad. Como los samaritanos no le ofrecieron hospitalidad a Jesús, Jacobo y Juan le preguntaron a Jesús: «Señor, ¿quieres que mandemos que caiga fuego del cielo, como hizo Elías, para que los destruya?». Jesús los reprendió por su falta de compasión.
Jesús no solo les enseñó a sus discípulos a amar a sus enemigos, sino que también fue camino a Jerusalén para morir por los pecados de todo el mundo, «Porque el Hijo del Hombre no ha venido a quitarle la vida a nadie, sino a salvársela.» Jesús transforma a enemigos en hijos de Dios.
Señor Jesús, nuestro Salvador, danos un corazón compasivo para amar a nuestros enemigos como tú nos has amado a nosotros. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Cuáles son las razones para la enemistad?
* ¿De qué formas concretas puedes amar a las personas con las que no te llevas bien?
Profesor Leopoldo Sánchez
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