ALIMENTO DIARIO

  • "Entre la espada y la pared"


  • marzo 29, 2024
  • Viernes Santo

    Pilato les preguntó: «¿Y qué quieren que haga con el que ustedes llaman Rey de los judíos?» Y ellos volvieron a gritar: «¡Crucifícalo!»... Pilato optó por complacer al pueblo y puso en libertad a Barrabás; luego mandó que azotaran a Jesús, y lo entregó para que lo crucificaran (Marcos 15:12-13, 15).Viernes Santo

    Pilato les preguntó: «¿Y qué quieren que haga con el que ustedes llaman Rey de los judíos?» Y ellos volvieron a gritar: «¡Crucifícalo!»... Pilato optó por complacer al pueblo y puso en libertad a Barrabás; luego mandó que azotaran a Jesús, y lo entregó para que lo crucificaran (Marcos 15:12-13, 15).


  • Fue una mala idea de Pilato preguntarle al pueblo lo que él como representante del Imperio Romano debía hacer. Fue un gran signo de la debilidad del procurador que estaba entre la espada y la pared. ¿Preguntarle a una multitud enardecida cómo hacer justicia? Pilato dejó la justicia de lado y se lavó las manos. Pero solo logró eso, lavarse las manos. No hubo cambios en su conciencia ni en su corazón. Para él ahora la vida seguía su curso.

    Este tipo de reacciones insólitas las vemos hoy en nuestra sociedad y en nuestros gobiernos. Ya no nos asombra ver que el gobierno le pregunte a la sociedad qué es lo que quieren que hagan sus gobernantes. Al final, estamos gobernados por las masas que prefieren la homosexualidad, el aborto y la discriminación racial.

    ¿A quién le preguntamos por una solución cuando estamos entre la espada y la pared? Pilato se vio a sí mismo y a la multitud, pero no vio a Dios mismo que estaba delante de él. Este es el llamado que tenemos hoy: mirar al Rey y Dios que impasible sigue su camino hacia la cruz para morir en lugar de los pecadores. Las decisiones de la sociedad son populares, pero son muchas veces inspiradas en el pecado, en el egoísmo, en la avaricia y en los miedos.

    Dios sabe más que la multitud. Sabe mejor que nosotros cuán pecadores somos y qué peligrosos podemos ser si tomamos nuestras propias decisiones. Solo basta con mirar a Adán y a Eva. Y porque Dios sabe, sigue ahí, sin decir mucho pero haciendo mucho, tomando nuestro lugar en la cruz y muriendo para que nosotros tengamos vida.

    Gracias, Jesús, porque tu muerte en la cruz quitó la pared y la espada, librándonos del diablo. Amén.

    Para reflexionar:
    * ¿A quién consultas cuando estás en aprietos?
    * ¿Con quién hablas antes de tomar grandes decisiones?

    Rev. Héctor Hoppe


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