"Firmes en la lucha"

Sean prudentes y manténganse atentos, porque su enemigo es el diablo, y él anda como un león rugiente, buscando a quien devorar. Pero ustedes, manténganse firmes y háganle frente. Sepan que en todo el mundo sus hermanos están enfrentando los mismos sufrimientos (1 Pedro 5:8-9).

Todos enfrentamos tentaciones en esta vida, esas pequeñas o grandes decisiones que nos ponen a prueba y que, a veces, parecen demasiado difíciles de resistir. Ya sea caer en malos hábitos, tomar decisiones que sabemos que no son las mejores o dejarnos llevar por nuestras debilidades. Pero, aunque las tentaciones son parte de la vida, no somos víctimas de ellas ni estamos obligados a caer en ellas. Tenemos al Espíritu y su armadura para hacerles frente y salir adelante, sin importar cuán fuertes puedan parecer en el momento.

Pedro les escribe aquí a personas que, como nosotros, están pasando por tentaciones, pruebas y dificultades. La vida cristiana no es fácil, y a veces parece que todo se pone en nuestra contra. Pero Pedro no solo nos advierte, también nos anima a mantenernos firmes en nuestra fe, sabiendo que no estamos solos. Muchos otros creyentes en el mundo también enfrentan estas luchas.

Cuando oramos >»Y no nos dejes caer en la tentación», reconocemos que somos débiles sin Dios. Sabemos que no podemos resistir solos las trampas que el mundo, el diablo y nuestras propias debilidades nos ponen enfrente. Pero Jesús ya ganó la batalla por nosotros. Él fue tentado, igual que nosotros, pero nunca cayó. En el desierto, resistió al diablo y luego, en la Cruz, venció al pecado y a la muerte por completo.

Aun así, somos humanos y a veces caemos. Y cuando caemos, Jesús no nos deja ahí tirados. Él nos perdona y nos levanta. Su gracia siempre está disponible para nosotros.

Lo más importante es que, capacitados por el Espíritu, podemos confiar en Cristo y estar firmes en la lucha.

Padre nuestro, no nos dejes caer en la tentación. Ayúdanos a ser prudentes y mantenernos atentos, porque nuestro enemigo es el diablo, y él anda como un león rugiente, buscando a quien devorar. Que nos mantengamos firmes en ti y le hagamos frente. Sabiendo que en todo el mundo nuestros hermanos están enfrentando los mismos sufrimientos. En el nombre de Jesús. Amén.

Para reflexionar:
* ¿Cuándo en tu vida has sentido que Cristo te sostuvo en medio de una lucha que parecía imposible de vencer?
* ¿Qué situaciones en tu vida te han hecho ver con más claridad que Jesús ya ha ganado la batalla por ti?

Diaconisa Noemí Guerra

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