ALIMENTO DIARIO

  • "Fuego amigo"


  • febrero 9, 2010
  • Porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor. En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo.» Pero si siguen mordiéndose y devorándose, tengan cuidado, no sea que acaben por destruirse unos a otros. Gálatas 5:13-15Porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor. En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo.» Pero si siguen mordiéndose y devorándose, tengan cuidado, no sea que acaben por destruirse unos a otros. Gálatas 5:13-15


  • Hay malentendidos y malentendidos. Hace menos de dos semanas, un pelotón militar de afganos y fuerzas aliadas fue atacado. El pelotón, que acababa de arrestar algunos insurgentes, estaba regresando a la base cuando comenzó el tiroteo.

    Creyendo que estaban siendo atacados por el enemigo, el pelotón devolvió el fuego y solicitó ayuda aérea. Poco después se dieron cuenta que el fuego venía de un puesto de avanzada del Ejército Nacional Afgano.

    Un representante del gobierno lo llamó de «malentendido.» Otra entidad dijo que era un «incidente lamentable.» Pero fue un malentendido que dejó dos muertos y muchos soldados afganos heridos.

    Siempre es una terrible tragedia cuando las tropas caen bajo «fuego amigo.» Es una tragedia en la guerra, y también en la iglesia. Palabras que hieren, acciones que lastiman, posiciones inflexibles… todas esas cosas hieren al cuerpo de Cristo.

    Ciertamente el fuego amigo no era lo que Jesús quería, y tampoco lo que la iglesia primitiva promovió.

    Las advertencias de San Pablo a la iglesia en Gálatas son un ejemplo de las exhortaciones dadas a la iglesia: estamos para «servir el uno al otro.» Cuando ocurre esto, cuando amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, todos nos fortalecemos, y el testimonio que damos al mundo incrédulo es positivo.

    ORACIÓN: Amado Padre celestial, a pesar de nuestras oraciones, todos seremos víctimas del fuego amigo en el campo de batalla, por lo que pedimos tu constante protección. Danos fuerza y sabiduría para que seamos conocidos por la forma en que amamos y nos apoyamos los unos a los otros. En el nombre de Jesús. Amén.