"La gracia en los mandamientos"

Porque la promesa dada a Abrahán y a su descendencia en cuanto a que recibiría el mundo como herencia, no le fue dada por la ley sino por la justicia que se basa en la fe (Romanos 4:13).

Pablo nos recuerda aquí que la promesa de Dios para nosotros está basada en la justicia que proviene de la fe. ¿Qué significa esto para nosotros hoy? Que la relación que tenemos con Dios no depende de nuestra capacidad de cumplir la ley, sino de lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz. Significa confiar en Dios, creer en su fidelidad y depositar nuestra esperanza solamente en sus promesas.

Cuando estudiamos la vida de Abrahán, vemos que su fe fue probada en muchas ocasiones. Sin embargo, a pesar de las dificultades y las aparentes contradicciones, él confió en Dios y Dios lo consideró justo por su fe. Esta verdad impacta la forma en que vivimos, ya que nos libera de la carga de tratar de ganar la aprobación de Dios a través de nuestras acciones.

¿Cómo respondemos a esta verdad? Con gratitud, con humildad y con una fe activa que se refleja en nuestras acciones y actitudes hacia los demás, recordando que somos herederos de las promesas de Dios no por nuestro mérito, sino por su gracia y su fidelidad.

Así que recordemos y celebremos la promesa dada a Abrahán y a nosotros. Es un recordatorio poderoso de la gracia de Dios que nos llama a vivir en gratitud y confianza en su amor y fidelidad hacia nosotros. Por eso hoy, los seguidores de Cristo en todo el mundo, impulsados por el Espíritu Santo, nos esforzamos por seguir sus mandamientos, como expresión de fidelidad y agradecimiento hacia Él por salvarnos de la muerte y darnos vida.

Padre nuestro, gracias porque nuestra relación contigo se basa en la fe y no en nuestras obras. Tu gracia, revelada en Cristo, nos libera de la autojustificación. Inspirados por la fe de Abrahán, te pedimos que nos ayudes a comprometernos a seguir tus mandamientos en gratitud y fidelidad, reconociendo que somos herederos de tus promesas por tu gracia y fidelidad. Amén.

Para reflexionar:
* Sabiendo que tu salvación depende totalmente de lo que Cristo ha hecho por ti en la cruz, ¿qué cambios prácticos puedes implementar en tu vida para reflejar una confianza más profunda en las promesas de Dios?
* Reconociendo que eres heredero de las promesas de Dios por su gracia y fidelidad y no por tus propios méritos, ¿cómo puedes cultivar una actitud de gratitud constante y una respuesta de obediencia voluntaria a sus mandamientos?

Diaconisa Noemí Guerra

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