ALIMENTO DIARIO

  • "La misericordia de Dios"


  • abril 16, 2010
  • Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas. Mateo 7:12Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas. Mateo 7:12


  • Queridos hermanos en Cristo:

    La historia de la salvación en Jesucristo llega a todo el mundo. Para que los lectores de estas Devociones Diarias puedan ver el poder del Salvador a nivel mundial, hemos pedido a nuestras Oficinas Internacionales que escriban las devociones de los viernes. Oramos para que el Espíritu toque su corazón a través de ellas.

    En Cristo,

    Pastor Ken Klaus,
    Orador The Lutheran Hour
    Cristo Para Todas Las Naciones

    El pasaje bíblico para la devoción de hoy es parte del gran discurso de Jesús conocido como el «Sermón del Monte.» El texto antes indicado resume lo que muchos conocen como «la regla de oro», o sea, tratar a los demás así como queremos que nos traten a nosotros.

    Esta ‘regla’ puede ser usada para evaluar el comportamiento en todo aspecto de la vida. Al comentar sobre los mandamientos, Martín Lutero explica que debemos tratar a los demás como quisiéramos ser tratados, sea nuestro hermano o hermana, padre o madre, compañero de trabajo, vecino, o pastor.

    Pero, si bien ésta es una guía útil para que nos enseña cómo comportarnos, no refleja la forma en que un Dios perfectamente justo se comporta con nosotros.

    Si la respuesta de Dios hacia nosotros dependiera de cómo nos compartamos con él–aun en nuestro mejor comportamiento–nos iría muy mal, pues su justicia no tiene comparación con la humana; es perfecta, absoluta, e incapaz de ser satisfecha por nuestro esfuerzo o mejor intención.

    Aún cuando le faltamos el respeto, cuando lo ignoramos, o cuando no seguimos su Palabra, Dios sigue siendo paciente con nosotros. Aún cuando nos apartamos del camino correcto y desdeñamos la relación que tenemos con él, Dios está dispuesto a perdonarnos y a restablecer una relación genuina y saludable con nosotros.

    En lugar de sanción, Dios ofrece misericordia–la interminable e inmerecida fuente de amor y perdón mostrada a la humanidad a través de la entrega sacrificada en la cruz de su Hijo Jesucristo. «Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien dio su vida como rescate por todos…» (1 Timoteo 2:5-6a).

    Jesús–paciente misericordia de Dios–otorgada gratuitamente a todo hombre.

    ORACIÓN: Padre celestial, gracias por el perdón que tenemos a través de la muerte y resurrección de Jesús, tu Hijo eterno. Amén.

    Biografía del autor:Esta devoción está basada en un texto facilitado por el Rev. Josef Henning, pastor de la English Lutheran Fellowship en la ciudad de Randburg, Sudáfrica. Cristo Para Todas Las Naciones proclama el Evangelio en Sudáfrica desde sus oficinas en Johannesburgo.

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