ALIMENTO DIARIO

  • "La persona más importante"


  • septiembre 24, 2010
  • El que viene del cielo está por encima de todos. Juan 3:31bEl que viene del cielo está por encima de todos. Juan 3:31b


  • Queridos hermanos en Cristo:

    La historia de la salvación en Jesucristo llega a todo el mundo. Para que los lectores de estas Devociones Diarias puedan ver el poder del Salvador a nivel mundial, hemos pedido a nuestras Oficinas Internacionales que escriban las devociones de los viernes. Oramos para que el Espíritu toque su corazón a través de ellas.

    En Cristo,

    Pastor Ken Klaus,
    Orador The Lutheran Hour
    Cristo Para Todas Las Naciones

    Qué pena que a menudo vivimos -y medimos-nuestras vidas, de acuerdo a los logros o la reputación que hemos logrado.

    Pensemos en Juan el Bautista. Él fue un predicador poderoso e influyente, una persona muy importante en el Reino de Dios. Durante su ministerio, Juan fue conocido por cientos de personas que escucharon sus palabras y fueron bautizadas por él. Habría sido fácil acoplarse a su fama y disfrutar del reconocimiento que él recibía.

    Sin embargo, Juan no se dejó embriagar por el respeto y la gloria que las personas le daban. Él sabía que había alguien más importante que venía después de él -Jesucristo, el Mesías prometido. Juan sabía que, para servir en el Reino de Dios, no debía ponerse primero sino que debía dejar que el primero fuera Jesús, quien había venido para rescatar a los pecadores de todos los tiempos.

    En Juan el Bautista tenemos un ejemplo magnífico a seguir como cristianos. Él nos deja bien en claro quién es la persona más importante en nuestra vida. Al dar testimonio acerca de Jesús, Juan dijo: «A él le toca crecer, y a mí menguar» (Juan 3:30-31).

    Juan sabía que todo se resumía en la persona y obra de Jesucristo. Como Hijo de Dios y Salvador del mundo, Jesús es preeminente en todas las cosas. Por fe en la salvación que recibimos a través de su sangre derramada por nosotros, nuestros pecados son perdonados por el Padre.

    ORACIÓN: Padre celestial, te damos gracias por mostrarnos a tu Hijo Jesucristo, la persona más importante en nuestra vida. Enséñanos a ser genuinamente humildes en espíritu para que, junto con Juan el Bautista, proclamemos tu misericordia y salvación a quienes están perdidos en el desierto. En el nombre de Jesús. Amén.

    Biografía del autor: Esta devoción está basada en un texto del Pastor Clovis V. Gedrat de Brasil.

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